Se puede leer en LibertadDigital (información que proviene de Europa Press):

Los principales responsables de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), Artistas, Intérpretes o Ejecutantes (AIE), Artistas, Intérpretes Sociedad de Gestión (AISGE), Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO), Derechos de Autor de Medios Audiovisuales (DAMA), Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales (EGEDA) y Visual Entidad de Gestión de Artistas Plásticos (VEGAP) convocaron la rueda de prensa para expresar su “preocupación” por esta polémica campaña en torno a la copia privada

Reunidos los “capos de la mafia” (es curioso como el Diccionario de la Real Academia cita el ejemplo de la “mafia del teatro”) en una rueda de prensa, arremeten contra el ataque al canon, y en vez de hacerlo con un debate constructivo e intentado buscar fórmulas que eliminen o reduzcan las injusticias del canon, lo que hacen es empecinarse en su defensa a ultranza, empleando para ello una retórica que les delata. Vayamos por partes.

La Sra. Bardem (injustificado, en este caso, blanco de muchas iras, al aparecer en el titular) tiene razón en varias cosas de su exposición, y se equivoca en otras (todos somos humanos, y todos podemos cometer errores, como ser presidentes de una Sociedad de Gestión -digo, pese a ser-):

“la copia privada no es un derecho de los consumidores”, sino “una limitación de los derechos de los creadores”

Esto, legal y técnicamente es así­. Pero si no se explica puede llevar a confusión (estoy seguro que no es un intento de manipulación, ni de presión a un partido polí­tico, ni de generar un estado de opinión, claro). Aunque la ley no habla de un “derecho de copia privada”, lo es de facto al posibilitar la reproducción sin solicitud previa de permiso al autor (tipificándolo como “excepción al derecho exclusivo de reproducción del autor”). O sea, que está muy bien ser estricto sintácticamente hablando, pero hay que serlo semánticamente también. No hablaremos de “derecho de copia privada”, pero la “copia privada” existe y es necesaria para la difusión y el acceso a la cultura.

Para Pilar Bardem, adoptar esta ví­a ocasionarí­a un fraude generalizado convirtiendo a todos en “delincuentes potenciales”. Asimismo, Bardem diferenció entre la copia privada y la piraterí­a asegurando que mientras esta última es un acto ilí­cito, aquella es una actividad lí­cita.

De nuevo la Sra. Bardem está en lo cierto y correcto: no hay que suprimir la “copia privada”. No es que no se pueda (hay paí­ses donde no existe) sino que no se debe, pues limitarí­a muy seriamente la difusión y el acceso a la cultura, a la vez que criminalizarí­a un sano hábito firmemente enraizado en la sociedad.

Por supuesto que “copia privada” y “piraterí­a” (definida esta como la comercialización de copias sin autorización del autor) son distintas. Nadie defiende lo contrario, pero gracias por puntualizar.

esto pondrí­a en juego 70 millones de euros anuales, una parte de los cuales se destina a programas culturales, asistenciales y de promoción. Ello supuso en 2004 una inversión de 16 millones de euros.

Aquí­ empieza el problema. Veamos: una parte (Carlos Sues citaba a un miembro de una sociedad de gestión que establecí­a esa parte en más del 35%) de esos 70 millones de euros anuales van a parar a las arcas de las sociedades de gestión y a los bolsillos de sus directivos. Lo llaman “gastos de gestión”. Por supuesto nadie espera que el desempeñar una labor en una sociedad de gestión no esté remunerado (aunque no serí­a descabellado, pues los miembros de Comité Olí­mpico Internacional desempeñan su labor de forma desinteresada, dando así­ un inmejorable ejemplo que otros no son capaces de seguir). El problema significativo ocurre cuando las cuentas de esas sociedades de gestión, pese a que ellos insisten en que están auditadas, y no lo pongo en duda, no son públicas. Las auditorí­as de esas cuentas (y las propias cuentas) deberí­an ser públicas, para que todo el mundo pueda comprobar a dónde va a para su dinero. -¿Le suena de algo el concepto “fondos reservados” y “convoluto”? Cuanto más opacas las cuentas, más fácil la corrupción.

En cuanto a los programas “culturales, asistenciales y de promoción”, estoy convencido que son otro nido de ví­boras. A parte de que tampoco es transparente a quién se contrata, cómo, por cuanto, etc (habrí­a mucho que investigar ahí­), también es triste que buena parte de ese dinero se dedique a acciones publicitarias manipuladoras de la opinión pública para transmitir un mensaje que criminaliza a los propios “consumidores” de sus “productos”. Muy triste y peligroso.

Bautista calificó de “indispensable” esta remuneración “a la que tienen derecho todos los creadores y productores y que se viene cobrando desde 1992”

Nuestro “amigo” Teddy “pendejo electrónico / Judas” nos recuerda que todos los creadores (y productores, que no se enfaden los jefes, Teddy) tienen derecho a esa remuneración según la ley. Lo que no quiere entrar a discutir es la situación paradójica que se genera al establecer la ley que para percibir ese “derecho” hay que asociarse a la sociedad de gestión correspondiente (que por cierto tiene la representación monopolí­stica de su colectivo). De no hacerlo no se percibirán esos ingresos. Esto contradice el derecho fundamental de asociación. Como bien apunta el Catedrático y Magistrado del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, el Profesor Juan Montero Aroca en su libro “La legitimación colectiva de las entidades de gestión de la propiedad intelectual”, en la página 131: “podrá seguirse hablando de ‘libertad‘ para integrarse en una entidad, pero se tratará de una pura ficción jurí­dica”, y más adelante “la libertad de asociación sufre un duro revés”.

el portavoz de SGAE habló de “maniobras de distracción y mala fe” de algunos al hacer creer al ciudadano que este coste recae en el usuario y recalcó que “sin los creadores no es posible la cadena de valor añadido”

Teddy y su mundo mágico que no necesita de las leyes del mercado para existir. Se nota que no estudió empresariales, ni ha llevado nunca una empresa (a diferencia de un monopolio legal, máquina tonta de hacer dinero). -¿Cómo que “hacer creer al ciudadano que el coste recae en el usuario”? -¿que acaso no es así­? Dí­game, Sr. Bautista, -¿en quién recae el coste (que significa en muchas ocasiones hasta el 50% del precio del producto), en los fabricantes, y estos deciden muy generosamente no trasladarlo al consumidor? No se rí­a usted más de nosotros.

Y en cuanto a que “sin los creadores no es posible la cadena de valor añadido”, en eso tiene razón. Lo que no quiere usted ni imaginar es que la “cadena” se va a recortar, dejando fuera a intermediarios innecesarios con modelos de negocio desfasados y parásitos varios. Lo que no se va a recortar (y eso es lo que temen, y donde se equivocan de un modo espectacular) es “valor añadido”. Ya cuando la industria del cine norteamericana intentó prohibir los grabadores de ví­deo (menos mal que perdieron el juicio), no se imaginaban que años después ese mercado constituirí­a una fuente de ingresos mayor que las propias salas de cine. La historia se repite y su proverbial falta de miras también.

“Sólo un tercio de los actores viven de su profesión, según un estudio realizado por AISGE, y recuerdo también que este colectivo nunca ha estado subvencionado por el Estado”, aclaró.

Eppur si muove.

Los actores de teatro son una grupo de artistas de los de verdad. No necesitan ni monopolios legales ni cánones para subsistir. No viven de la especulación ni de sacar al mercado productos defectuosos (DRM). Viven de su trabajo, que es de lo que vivimos casi todos (sus admiradores y sus clientes).

De hecho muchos grandes actores han declarado que la mejor remuneración que pueden recibir es el aplauso del público. Yo les aplaudo, y coincido en que con eso no se puede comer. Pero no por ello dejan de actuar. Se trata de encontrar fórmulas interesantes a nivel cultural y que además resulten rentables a nivel empresarial. Pero no con ayudas ni subvenciones ni trucos ni manipulaciones. Con esfuerzo y trabajo. Bravo por ellos, y fuera por los que quieren emplear a dicho colectivo en defensa de sus intereses y chanchullos.

-¿Cuántos músicos viven de “su profesión”?

-¿Y escritores?

-¿Y fotógrafos?

-¿Y pintores?

-¿Y …?

-¿No somos todos (o casi) escritores -aunque sea de blog-, músicos -aunque sea por ordenador-, fotógrafos -aunque sea de cámara digital-, pintores -aunque sea en los ratos libres-?

Los “profesionales” quieren para ellos una “protección” que no tienen otros sectores o industrias. No es justo. El que vale, vale, y si además es inteligente encontrará formas de verse remunerado. Si no se le ocurren modelos de negocio alternativos muchos estamos dispuestos a ayudar. Pero que no soliciten favores y ayudas al gobierno, en contra del interés general y afectando a la libre distribución de la cultura. Eso es injusto y peligroso.

Por su parte, Luis Cobos, presidente de AIE, aludió al beneficio que este canon por copia privada tiene para el desarrollo tecnológico y la consolidación de los derechos de los creadores y recordó también que su instauración reforzó la industria del sector en los años 80 regulando el mercado de los soportes y saneando y legalizando la citada industria.

“beneficio que este canon por copia privada tiene para el desarrollo tecnológico” Luis Cobos dixit (y que no se ofenda como la Sra. Ministra, o demostrará un nivel de inteligencia similar a ella). -¿Beneficio para el desarrollo tecnológico el incremento del precio de un producto (como grabadoras de CD y de DVD, impresoras, escáneres, CDs, DVDs, memorias flash, etc)? Pues perdone que no esté de acuerdo con Vd., Sr. Cobos, pero sus declaraciones van en contra de la lógica del mercado.

“regulando el mercado de los soportes y saneando y legalizando la citada industria”. Si por regulación entiende el incremento del coste… -¿Y por “saneamiento” qué entiende?

En cuanto a “legalizar” una industria que se limita a fabricar un producto perfectamente legal, hay que tener narices. Es como decir que una sociedad de gestión sin ánimo de lucro no es legal porque ellos mismos entienden el “ahorro derivado de no comprar un producto que pueden obtener gratis” como ánimo de lucro. Así­ que si usan Software Libre, si realizan copias privadas, o si leen la prensa por internet, convierten sus entidades (y según su definición) en organizaciones ilegales. Y usted, como dirigente de una organización ilegal entonces deberí­a de compartir celda con… (-¿entiende lo absurdo de sus posturas y razonamientos? -¿volvemos a un debate constructivo y razonable?).

Para Enrique Cerezo, presidente de EGEDA, esta remuneración, similar a la que existe en el resto de los paí­ses europeos, “regula de forma eficaz la propiedad intelectual”.

Para empezar, hable usted de “canon compensatorio por copia privada”. No de “propiedad intelectual”.

Además, según el responsable de asuntos legales de la SGAE en la Comunidad Valenciana (en declaraciones en una mesa redonda en la Universidad de Alicante), y uno de los miembros de la junta directiva de la SGAE (Soledad Jiménez, en una entrevista a la versión online del diario El Paí­s), el canon ni es justo ni eficaz. A ver si se ponen de acuerdo.

Según José Marí­a Puig de la Bellacasa (presidente de CEDRO) los problemas con esta tarifa afectan especialmente al mundo de la obra escrita que representa la entidad ya que la copia privada constituye el 90 por ciento de sus ingresos. “En 2004 CEDRO ayudó a más de 1.800 escritores gracias a este canon”, indicó.

Con “el 90% de sus ingresos” -¿se refiere a los suyos personales, a los de CEDRO, o a los del “mundo de la obra escrita”? Me temo que o las cifras o el subconsciente le delatan.

Por cierto, eso de que “CEDRO ayudó a más de 1.800 escritores” no es cierto. TODOS los españoles (y en particular los propietarios de fotocopiadoras, escáners e impresoras) ayudamos a los escritores de una forma indiscriminada y mal gestionada por ustedes, perjudicando a otros colectivos y causando otra serie de males. No olvide quién le da de comer.

El vicepresidente de VEGAP, Alfonso Albacete explicó que el colectivo de artistas plásticos no cuenta con ayudas importantes del Ministerio de Cultura y no tiene detrás una industria que le respalde por lo que el citado canon resulta “vital” para su supervivencia.

También habrí­a que hablar de esta sociedad y de este colectivo.

Según me cuentan amigos que tengo en la dirección de varios museos, la actuación de esta sociedad de gestión es vergonzosa. Por otra parte, los artistas plásticos pueden perfectamente vivir de la venta o “alquiler” (exposición) de su obra. Pero no es justo que sigan cobrando una y otra vez. En su caso NO existe lucro cesante ninguno en el caso de la copia privada (a diferencia del lucro cesante de obras musicales, establecido en un 3%, y pese a que la copia privada fomenta una promoción que deriva en unas ventas superiores a ese porcentaje). El canon, en este caso, es más injustificable que nunca, pues la “copia privada” no afecta a la comercialización del “producto” de forma alguna.

Asimismo, el representante de DAMA Enrique Urbizu calificó de “absurdo y triste” tener que defender una cuestión como ésta “que siempre ha funcionado bien”

Más que “siempre ha funcionado bien” deberí­amos decir “no se habí­a percatado una parte tan importante de la sociedad de las injusticias y abusos que esta figura legal genera”. “Absurdo y triste” es que sociedades de gestión presionen a un rector para que evite una conferencia de un profesor de un master en una universidad pública española, y luego para que no continúe dando clases en esa institución. No lo olvide.

el presidente ejecutivo de SGAE recordó que los creadores “no forman parte del sistema de la Seguridad Social” y que mientras el 4 por ciento de sus socios reciben ingresos superiores al salario mí­nimo interprofesional, el 96 por ciento restante “se las apaña como puede”.

El que los creadores no formen parte del Sistema de la Seguridad Social es algo que podrí­amos solucionar. Pero no pueden pretender recoger los beneficios de un sistema tradicional que se aplica al resto de trabajadores, mientras ellos solicitan un status, “protección”, y modelo de remuneración distinto. Si son como los demás son como los demás para lo bueno y para lo malo.

En cuanto a lo del 4% y el 96%, eso está causado por la concentración (manipulación del mercado) que sus discográficas (porque son miembros de su sociedad de gestión, y además controlan las votaciones, -¿no?) han fomentado durante años. Parece ser que les beneficia más el hecho de que el 4% sean promocionados hasta la saciedad, para generar una falsa “escasez” en el mercado, que la posibilidad de que haya una verdadera variedad de autores y artistas (aunque acabe con el star system y signifique una democratización).

Si el 85% de la música que se distribuye en el mundo está en manos de 3 (y pronto serán 2) multinacionales, no se quejen, pues es culpa suya (de sus miembros más influyentes).

“Estas tarifas ni frenan ni desaceleran el volumen de negocios de los sectores implicados y consideramos que la remuneración por copia privada es una parte razonable y las más pequeñita”, concluyó.

Si incrementar artificialmente los precios de un producto hasta en un 50% no desacelera el volumen de negocios, sólo tiene que probarlo y ganar el premio Nobel de economí­a.

En cuanto al canon ser razonable y “pequeñito”… en fin, para qué seguir explicándolo una y otra vez. No hay más ciego que el que no quiere ver.