Imaginemos un futuro (dentro de unos 4 meses, más o menos según Google) donde las traducciones automáticas sean excelentes (nunca serán perfectas, pero si sea alcanza lo que quiere Google serí­a increí­ble). Añadamos el auricular inalámbrico que ya se ha desarrollado que conectado via via bluetooth, y con capacidades de sintetización y reconocimiento de voz, nos permita hablar en un idioma y que se nos oiga en otro.

Además, imaginemos un futuro donde podamos buscar no sólo documentos de texto, e imágenes, sino ví­deos (ya sé que el enlace lleva al servicio de Google que es muy básico pues busca sólo en el Close Captioning; pero he perdido el enlace al desarrollo de IBM: si alguien lo encuentra, que me lo enví­e).

Un futuro donde la Biblioteca de Alejandrí­a ya no sea una utopí­a, y los investigadores encuentren los artí­culos e información que buscan de un modo sencillo.

[Nota: los enlaces a Google son como muestra de lo que “podrí­a ser”, no de lo que “es” o “deberí­a ser”].

La tecnologí­a nos permite compartir, buscar, colaborar, crear… y sin embargo el hombre mezquino, inmerso en su egoí­smo del interés propio, sus cortas miras, su desconocimiento tecnológico, su desconfianza en el prójimo, su odio al bien común, y su condicionamiento de décadas basado en el mensaje de sumisión al sistema capitalista de “libre mercado” (qué ironí­a, cuando la prensa está llena de llamadas al “proteccionismo” por China, el acero europeo, las lí­neas aéreas, el carbón, los agricultores franceses, etc, etc) se empeña en poner cortapisas tecnológicas (DRM), legislativas (LPI – patentes de software), de mercado (manipulación de precios y concentración), demagógicas (“la música se muere por los pendejos electrónicos”), económicas (canon), y abusivas (medidas en contra de la privacidad).

Más que una batalla, es una guerra. Y tendremos, como en temas de ecologí­a, lo que nos merecemos. Y me temo que no es nada bueno. -¿Será nuestra única salvación la evolución hacia las máquinas y la inteligencia artificial (que seguro que es mejor que la “natural”)? -¿tendremos que reprogramar nuestro desfasado código genético? -¿o aun estamos a tiempo de educar a los niños, convencer a los ciudadanos, presionar a los polí­ticos, y encarcelar a los mafiosos?