SGAE AIE y su cobarde censura
No tienen valor (coraje, agallas… aunque les falte del otro también). Tienen miedo, al parecer mucho miedo. Eso es buena señal. Muy buena (aunque peligrosa).
Según un comunicado de prensa oficial de la organización de las V Jornadas sobre Consumo, Publicidad y Cultura en una de cuyas mesas redondas intervine el lunes en Sevilla, la SGAE y AIE se negaron a participar (pese a llevar mes y medio confirmada su asistencia) en el último minuto, en el caso de SGAE “por problemas personales de la institución con un miembro de la mesa” (y una de las organizadoras confirmó que ese miembro era yo, y así se ha publicado en el Diario de Sevilla, en una excelente crónica de lo sucedido, por cierto; aquí hay otra de Pedro, de Zemos98, uno de los participantes, reproducido y comentado en este post de Barrapunto), y en el caso de AIE “por problemas de agenda”.
-¿Por qué lo llamo “censura”? No sólo porque al no participar en el debate este queda afectado (nosotros, la gente “normal” que defiende la libertad de expresión, pensamos que un debate completo es aquél en el que participan todos o la mayor parte posible de lados), sino por emplear la vieja táctica de “él o yo”, que les dio buen resultado en la Campus Party 2004 y 2005, y a saber en cuántos otros eventos, pero en este caso no. Olé por los organizadores.
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Es triste, muy muy triste, que se nieguen a participar en un debate abierto y público.** -¿Esa es la gente que busca soluciones a “sus problemas”? Claro, es mucho más fácil hacer demagogia, manipular a la opinión pública a través de unos medios de comunicación desinformados (aunque cada vez menos) o a través de campañas publicitarias que pagamos todos con nuestros impuestos. Es mucho más fácil presionar a políticos presos de un potente grupo de presión que moviliza a muchas caras famosas aprovechándose de su desconocimiento o de un chantaje que he vivido en mi propia persona y del que puedo dar fe. Es mucho más fácil, como decía Pedro Farré (entonces Director de la Oficina de la Defensa de la Propiedad Intelectual de la SGAE) en una entrevista radiofónica durante la Campus Party 2004 leerse un bestseller que leerse la ley de propiedad intelectual, y así lo aconsejaba.
Como decía, es mucho más fácil fomentar la ignorancia, el aborregamiento, el consumismo ciego, la sumisión absoluta, que la información independiente, el debate, las alternativas, y la construcción de nuevos modelos de negocio (conjugados con el libre acceso a la cultura). Esta segunda opción podría incluso ser mucho más rentable incluso para ellos (por no hablar de los beneficios para toda la sociedad), pero como decía antes, ni siquiera importa que es mejor, más justo, o más deseable. Se trata de lo que es más fácil, y está claro que lo fácil es mantener la maquinaria de las mentiras, los abusos, y la manipulación en marcha, conocidos de antemano los beneficios que ello les aporta, antes que aventurarse en el desconocido mundo del futuro, la voluntad popular, el interés de sus representados, el bien común, o incluso la realidad.
Y -¿qué pasó en esa mesa redonda? Nada de conflictos ni enfrentamientos personales, como quieren hacer ver esos paranóicos. Como era de esperar, pese al shock inicial causado por mis planteamientos (directos, innovadores, y chocantes, lo reconozco), y a la comprensible reacción de rechazo y ataque causado por el pánico y la indignación que sufrió parte de los participantes (Kiko Veneno y la hermana de María Jiménez), al final se podía ver cómo estábamos muy de acuerdo en casi todo, y cómo las Suciedades de Gestión y Discográficas son quienes deben responder del desaguisado causado, y quienes deberían de moverse en aras de un futuro mejor, incluído para ellos. Pero como no lo hacen (es más, van hacia atrás, cual retrógrados y reaccionarios cangrejos), pues lo haremos nosotros. Quieran o no. Aunque haya que aguantar desplantes, censura, persecución, aislamiento, acoso, suplantación, y lo que haga falta. La Cultura, LIBRE, es posible, deseable, y necesaria. Pueden ponerse como quieran, pero no conseguirán detener el futuro, y si lo intentan…