En fechas donde buena parte de la humanidad ha celebrado la “Navidad”, unas breves reflexiones no están de más.

En Francia, donde basándose en el laicismo del Estado y la Educación se han prohibido las muestras ostentosas de afiliación religiosa en las colegios públicos (como el pañuelo que llevan en la cabeza las niñas musulmanas), hay muchos colegios que plantan el árbol de Navidad. -¿Es eso justo?

Para contestar deberí­amos preguntarnos, -¿qué es la Navidad?

Si celebramos la visión de la Iglesia Católica (nacimiento de Cristo), entonces poner los árboles de Navidad (y cualquier otra decoración, e incluso los dí­as festivos del calendario por ese motivo) no es justo.

Por otro lado, si celebramos unos dí­as festivos donde la gente se hace regalos (muchas veces más como obligación que como muestra de amor o cariño), donde se está más receptivo a las necesidades del prójimo, donde priman los buenos deseos, y donde la gente canta ridí­culas (y religiosas en su mayor parte) canciones llamadas “villancicos”, entonces… tampoco es justo.

-¿Por qué acordarse del prójimo sólo una vez (o una semana) al año? -¿por qué los regalos con fecha fija y excusa?

Nada de convertir festividades religiosas en excusas para la comercialización. No podemos transformar la Navidad (ni Pascua, San Valentí­n, etc) en excusas para el consumismo (regalos de Navidad, huevos de pascua, regalos de enamorados, etc).

-¿Qué sociedad es esta que necesita un dí­a en el calendario para sentir amor, otro para acordarse del prójimo, etc, etc? -¿Hasta qué punto vamos a dejar que instituciones (sean Iglesias, Gobiernos, o Centros Comerciales) nos marquen lo que sentir, cuándo, cómo y por qué?

Me niego. Por eso yo regalo cuando veo algo bonito, o que le gustará a la persona que lo recibe, o cuando me apetece, o cuando puedo. E intento pensar en el prójimo lo más a menudo que mi atareada cabeza puede.

(Ahora bien, mientras no pueda explicar esto racionalmente a mi hijo, tendré que seguir ciñiéndome al papel de Papá Ní¶el, pero creo que me queda poco, porque según mi hijo “Papá Ní¶el no puede repartir tantos regalos en un dí­a, así­ que lo que hace es dejarlos en las tiendas de juguetes para que los papás los compren a sus hijos”. A este paso el año que viene me pide que esperemos a rebajas y le haga dos regalos en vez de uno 😉

Último comentario: respecto a la Iglesia, me encanta esta visión plástica de la artista italiana Benedetta Bonichi

Cardenal según Benedetta Bonichi