Atención, artista: La próxima vez que algún representante interesado de una Suciedad de Gestión te intente tomar el pelo con el biensonante, publicitario, polí­ticamente correcto, y profundamente falaz envenenado canto de sirenas llamado “Salario del artista”, te recomiendo te tomes estas tres dosis de antí­doto: derecho, obligatoriedad, y reparto.