Esta tarde, en RNE5, he escuchado un interesante reportaje que hablaba de las 3 cosas mencionadas en el tí­tulo.

Resulta que hoy se cumplen 82 años de la invención de la famosa (sobretodo en el mundo anglosajón) y muy manida aunque algo insulsa “Ensalada César”.

Tras mucho especular sobre el origen de la famosa ensalada (que si el Waldorf Astoria en NY, que si el nombre le viene de Julio César, etc, etc), en 1953 la Sociedad Gastronómica de Parí­s realizó una investigación y emitió un informe vinculante y unánime al respecto:

El “invento” se debe a un tal César Cardini, cocinero italiano en un restaurante de Tijuana (Méjico).-  El 4 de julio de 1924, a la hora de cenar se le presentaron en el restaurante al Sr. Cardini un montón de norteamericanos que querí­an cenar y celebrar el 4 de julio (dí­a de la fiesta nacional en EEUU). El Sr. Cardini, como buen Italiano, de la necesidad hizo virtud, y aunque le quedaban pocas cosas en la despensa, las sacó todas en un carrito, y las mezcló como si fuesen una ensalada “de autor”.

Este curioso relato histórico se presta a que nos preguntemos sobre el concepto de “creación” (cuantas obras glorificadas como “creación” no son más que mezclas, batiburrillos, e improvisaciones), sobre el concepto de “autor” (-¿acaso no es tan autor un chef como un poeta, compositor, diseñador, o maestro?), sobre los “derechos” (-¿debe mencionarse al Sr. Cardini cada vez que se sirve “su” ensalada? -¿y porqué hay que citar a un escritor o un músico cuando se reproduce su “obra”?), y los “cánones” (-¿no deberí­an pagar canon los platos?, -¿no somos “piratas” cuando comemos una ensalada césar sin pagar canon, o cuando pedimos una ensalada césar a sabiendas de que el chef del restaurante no es el AUTOR?).

En definitiva, -¿no es el propio concepto de “propiedad intelectual” una sarta de mentiras a la que se suben los intermediarios, haciendo de esa capa un sayo, y por la que son capaces de morir matando mientras los propios y verdaderos autores nos reí­mos de tanta sandez?