Por extraño que parezca, y aunque el tí­tulo haya hecho a alguien pensar lo contrario, no voy a hablar de la SGAE.

Todos conocemos el argumento, tí­pico de las pelí­culas sobre mafiosos de barrio:

_– Tendrá usted que pagarnos por nuestra protección

– -¡Pero si yo no necesito protección, vivo muy tranquilo aquí­ y el negocio me va bien!

– Por eso nos tendrá que pagar, para protegerle

– -¿Protegerme de qué? Para eso ya pago mis impuestos

– Protegerle de que nosotros le partamos las piernas o le incendiemos el negocio_

Ese mismo abusivo y falaz argumento es el que parecen haber adoptado diversas empresas de tecnologí­a, que olvidándose de que se deben a sus clientes, y cegados por el afán (o necesidad) de un beneficio rápido, nos “exhortan” a pagarles por sus servicios, y amenazan con males mayores si no lo hacemos.

Por un lado tenemos el increí­ble caso del fabricante norteamericano de ordenadores Dell.

Michael A. Righi denunció hace ahora un año que compró un ordenador Dell preinstalado con Windows. Pese a que esto debiera ser motivo suficiente de denuncia, el motivo de la misma fue que pese a que el ordenador era nuevo, al instalar el primer programa (un antivirus, como tiene que hacer cualquier usuario de Microsoft que se precie), detectó que ya tení­a instalado el “My Way Assistant”, un conocido spyware que se encarga de recabar tus hábitos de navegación por la red (sin tu consentimiento) para enviarlos a un servidor central que a su vez te devuelve anuncios personalizados.

Al intentar utilizar el desinstalador del sistema recibí­a el mensaje de que era imposible desinstalarlo.

Tras esperar más de media hora al teléfono, soporte técnico de Dell le dijo que si querí­a que le indicasen cómo desinstalar el spyware que Dell habí­a instalado de serie en su ordenador, tendrí­a que pagar 49$ (unos 40€).

Esto es tan abusivo y salvaje como un médico que se dedicase a infectar ví­ctimas y luego les cobrase por curarlas, un bombero que se dedicase a quemar bosques para luego cobrar por apagarlos, o una sociedad de gestión que se dedicase a cobrar canon y luego introdujese medidas de restricción de derechos (DRM) para no poder hacer las copias privadas por las que se ha pagado el canon en primer lugar (bueno, esto último es peor que el caso de Dell, el del médico o el del bombero).

Otro ejemplo de prácticas que de tan negativas y alejadas de la lógica tendrí­an que estar prohibidas es el de Telefónica.

Una persona muy cercana a mí­, cliente de Telefónica ADSL, recibió hace unos dí­as un mensaje de correo electrónico explicándole que se habí­an recibido quejas de otros usuarios al haber recibido correo no solicitado que provení­a de su conexión IP.

Asumió que no estaba ante un caso de IP spoofing o similar ya que Telefónica, como cualquier ISP en este paí­s, está obligada por la LSSI-CE al colaboracionismo con las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado en casos de investigación, y por lo tanto seguro que tienen expertos en el tema y estas cosas no les pasan a ellos (sic).

Tras llegar a la conclusión de que se debí­a tratar de algún malware o virus, esta persona llevó el ordenador al servicio técnico, el cual permaneció allí­ durante varios dí­as. La sorpresa pues fue mayúscula cuando un nuevo mensaje de Telefónica (esta vez por carta) avisaba de la reiteración en la conducta denunciada (cosa imposible al no poder conectarse el ordenador desde esa misma lí­nea ni IP, y sobretodo porque estaba desmontado en mil piezas), y “exhortaba” a tomar medidas, las cuales consistí­an en la contratación de un servicio de seguridad de… Telefónica.

Al indagar sobre el tema he descubierto que se trata de una campaña masiva, y que son muchos (no sabrí­a cuantificar si cientos o miles) los usuarios de ADSL de Telefónica a los que se ha “invitado” a contratar dichos servicios, cesar en su conexión, o enfrentarse a una investigación y posible denuncia.

Si las empresas tecnológicas empiezan a tomar el camino de la anacrónicas y beligerantes discográficas, productoras y editoriales, entonces se están equivocando y mucho. Las amenazas, las presiones, las denuncias, los juicios, y en general el juego sucio no son precisamente el mejor modo de satisfacer al cliente. Y si una empresa o industria llega a tener la dimensión (a base de concentración y/o manipulación del libre mercado) suficiente como para poder permitirse tales atropellos, no me cabe la menor duda de que muestra sí­ntomas de agotamiento, y está en proceso de extinción.

PD: Por si alguien sufre la desgracia de emplear Windows en un Dell, aquí­ tiene la información de cómo desinstalar My Way

PD2: -¿Será por cosas como esta que hoy en dí­a el 25% de las ventas de Dell son con equipos preinstalados y/o migrados a Linux?