-¿Existen los programadores de videojuegos?
Ayer recibí una de las llamadas telefónicas más increíbles de toda mi vida (no diré nombres por no humillar a la encantadora y amable persona que, con la mejor voluntad del mundo, me llamó).
Hacia las 21:00h. suena mi móvil. Era una “periodista” de una emisora de radio bastante conocida. Me comenta que, como me tenía en la agenda “de gente que sabe de ordenadores”, necesitaba que le ayudase, a lo que le respondo que con mucho gusto. Y me hace la siguiente e inverosímil pregunta:
“Queremos hablar sonbre la adicción que causan loss videojuegos, y se nos había ocurrido llamar a gente relaccionada con la industria. -¿Existe un programador de videojuegos?”
Descartando la posibilidad de que una periodista no se hubiese expresado bien (si algo saben o deben saber los periodistas es a expresarse bien), y atónito, y suspicaz por naturaleza que es uno, pienso que quizá se trate de una “trampa”, una “llamada de cachondeo (prank call)”, o realmente una persona muy profunda (elucubrando sobre el determinismo en la era digital y la función generadora del código, o quizá cuestionándose el antropocentrismo consensuado que nos lleva a asumir posiciones debatibles sobre el ecosistema cognitivo de las interacciones hombre-máquina y su inevitable función evolutiva). Así que pregunto yo “-¿A qué te refieres?”. Y me contesta “A si hay alguien que programe videojuegos”.
Empiezo a pensar que de verdad se trata de un ser muy ingénuo, muy ignorante, o una de esas pocas personas que no ha sido “contamindad” por la realidad. Pero hay algo que no me cuadra: un periodista debe saber sobre lo que escribe, y como no se puede saber de todo, entonces un periodista debe saber buscar información. Y no me puedo creer que esta persona no haya sabido averiguar tan sorprendente cuestión, así que por tercer vez busco cerciorarme aun a riesgo de parecer ignorante (cosa que al saber con certeza que lo soy, no me preocupa lo más mínimo) o peor aun retorcido: “-¿Te refieres a si hay alguno aquí? -¿a si conozco alguno? -¿a…?”, y ella me contesta: “Bueno, a si existen los programadores de videojuegos y dónde puedo encontrar uno”.
Por un momento me sentí Google.
Por supuesto bajé mi guardia, una cándida sonrisa (reprimiendo una sonora carcajada) invadió mi cara, y le dí algunas pistas para que encontrara lo que buscaba.
Reality check.