Primero tuve que introducir el registro obligatorio para los comentarios.

Luego la aprobación previa para los trackbacks.

Pero ni por esas. Mi blog recibe unos 1200 mensajes de spam al dí­a (principalmente a través de trackbacks falsos). Y lo peor es que me lo notifica por email, y los tengo que verificar uno a uno. Menos del 1% eran legí­timos, pero claro, por respeto a esa mini minorí­a, he estado comprobando miles de trackbacks… hasta que he llegado a la conclusión de que ni por respeto ni por nada. No puedo. Lo siento. No me puedo pasar el dí­a comprobando si un trackback es legí­timo o no. Así­ que, sintiéndolo mucho, he decidido marcar TODOS los trackbacks cuyo origen no haya sido previamente aprobado como “spam”.

Si formas parte de ese “menos del 1%”, y tu trackback ha quedado fuera (y lo peor: te he mandado a la lista de spammers) dí­melo para poder solucionarlo.

Viva la libertad de expresión… pero no el ruí­do.