La ley, el Imperio de La Ley, está para cumplirse. Esto es el contrato social, si las normas se rompen, se rompen para todos.

Por un lado tenemos varios ejemplos recientes de casos en los que la justicia se aplica por profundas e impopulares que sean sus consecuencias, como en el caso de la liga de fútbol italiana, o el caso del carnaval ruidoso.

Por otro lado tenemos muchos, muchos casos en los que por impopular, no se aplica una medida que legalmente tiene mucho sentido. Los ejemplos que mejor conozco, lógicamente, son los de Valencia, pero que conste que no los comento por anti-valencianista, pues paso de ser de aquí­ o de allá (me considero cosmopolita y odio los regionalismos y nacionalismos radicales, irracionales e intransigentes, a la vez que odio los estados totalitarios, expansionistas y centralistas).

  • Valencia Club de Fútbol: cuando hay partido, no existe la ley de circulación, y la gente vulnera las normas de aparcamiento a centenares. Además está el tema de los terrenos del nuevo campo.
  • La Fallas: excen el ruí­do, las normas de seguridad, y sobretodo atentan contra la libertad de circulación durante más de una semana.
  • Aparcamiento de coches oficiales: cada vez son más los lugares donde sólo pueden aparcar coches “autorizados” u “oficiales”. -¿Por qué ellos sí­ y yo no? Si trabajo en el mismo edificio, o vivo en la misma calle.

Podrí­a seguir, y seguro que en los comentarios alguien pone más ejemplos de sus poblaciones. Pero creo que queda claro: por miedo a perder votos, o por obtener ventajas, los ayuntamientos infrinjen constantemente las leyes. Y la culpa es nuestra, de los ciudadanos que con tal de “no tener lí­o” no llevamos todo esto a los tribunales.