Leo en la portada del Blue Print que Tesco llega a un acuerdo con el Instituto de Cambio Climático de la Universidad de Oxford para establecer el Instituto de Consumo Sostenible (invirtiendo 5 millones de libras esterlinas) y analizar el coste en emisiones de CO2 de cada uno de los productos que se venden en sus supermercados, y poner esa info en las etiquetas de los productos.

PERO no sólo eso, sino que, predicando con el ejemplo, primero analizarán sus propios procesos y niveles de contaminación.

-¡Enhorabuena!