Telefónica, en contra de la neutralidad de la red
Como era de esperar, ni siquiera las empresas que viven de la tecnología y el avance de las comunicaciones son capaces de ver que es de su interés el que otros ganen dinero con sus inversiones… pues son actores necesarios e imprescindibles y por lo tanto cuanto más aumenta el volumen de transacciones mayor es su volumen de negocio.
No, no hablo (para variar) de discográficas o proveedores de contenido. Hablo de telecos a la vieja usanza.
Telefónica, a través de un comunicado emitido el mes pasado con aspecto de “neutral” (;-) ) firmado por su director de Marketing, repite cansinamente los argumentos a favor de la no neutralidad de la red, atacando uno a uno algunos de los argumentos a favor de la neutralidad.
-¡Cómo me cansa el cúmulo de falacias argumentales clásicas! Que si eso sólo beneficia a Google y Microsoft (y compañía), que si el defender la neutralidad es simplista, que si el “incentivo” económico de la restricción es bueno para el desarrollo… Sea Universal, Sony, SGAE, o Telefónica, al final todos los dinosaurios piensan igual. No son capaces de ver más allá del próximo trimestre. O lo que es peor, sólo piensan en mantenerse en el trimestre anterior.
INTERNET AGE, internet time, -¿saben lo que es eso? Cambio de paradigma, los negocios, la tecnología, la sociedad,
a la velocidad de la luz. Si te adaptas ya llegas tarde. Has de innovar, reinventarte, ofrecer algo nuevo, y pensar que para cuando dé beneficios ya será viejo.
Y mientras, el dato desalentador: casi la mitad de los catalanes nunca ha accedido a internet. Unos desesperados por la lucha de los derechos en el mundo digital (que es el campo de batalla donde se están librando la lucha por los derechos del futuro), y otros no saben ni dónde está ese campo de batalla. Pues igual que Iraq. Al principio los americanos ni sabían dónde estaba, y con un “Saddam es malo con su gente, tiene armas de destrucción masiva, y tiene petróleo” a los votantes estadounidenses les bastaba para aprobar inmensos presupuestos “de defensa” (más bien ataque) para invadir un país. Pero cuando los simplistas argumentos cayeron, se vio la verdad de las sucias intenciones de Dubbya, y empezaron a morir jóvenes norteamericanos y niños iraquíes (todo ello convenientemente emitido en directo a la hora del desayuno), los americanos dijeron -¿por qué no me lo habían dicho?
Se lo estamos diciendo. Luego no se quejen.