Según leo en un artí­culo de 20 minutos, un libro (del que no daré muchas señas para no hacerle publicidad gratis) apunta a internet como el asesino de la cultura, pero no con las manoseadas y roidas tesis de SGAE y compañí­a (que si P2P, que si -©), sino con el argumento de que el hacer accesible a cualquiera la posibilidad de crear y difundir una creación genera ruí­do, cacofoní­a, y caos. El tí­tulo lo dice todo “El culto del aficionado”.

Por curioso que parezca, muchos “profesionales” de la cultura piensan igual. No daré nombre porque son amigos y me avergí¼enzo de que piensen así­. El problema radica en asimilar “cultura” con “mercado / profesional / élite” esto lleva a “restricción / escasez”. Y ese es el modelo de los siglos XVIII al XX.

Estamos en el siglo XXI. La CULTURA (y se puede decir más alto pero no más claro) con mayúsculas ha dejado de estar necesariamente ligada al soporte. El acceso a la misma ha dejado de estar ligado necesariamente a mecanismos restringidos. Por fin la CULTURA puede ser libre y universal. Por fin llega el mestizaje, la pluralidad, y la meritocracia. La variedad es el caldo de cultivo necesario para la generación de nueva cultura. Qué triste que algunos no lo vean. Pero eso es como negar lo inevitable. Mientras buscan formas de sobrevivir, puentes y esrategias temporales cuales parches cosidos en una vieja colcha que se deshilacha…

Resistance is futile. You will be assimilated.

[Actualización 14/06/07: en el Financial Times de hoy Richard Waters critica el libro en su artí­culo “The world of You aggravates a raw nerve”, en la página 10. No tiene desperdicio. Si hasta un medio tan coservador como el FT lo pone de vuelta y media…]