Si nos siguen empujando, si siguen abusando de nuestros derechos, si siguen tratándonos como a delincuentes, al final conseguirán que nos sublevemos y desobedezcamos. -¿Cómo? Se me ocurren mil formas para expresar la desesperación, desde las más radicales y violentas, hasta las más sutiles y maquiavélicas. Estas son algunas de las más originales:

– Intercambiar identidades

– Hacer grupos de trabajo ciudadanos que investiguen a los polí­ticos, medios y grupos de presión

– Redes alternativas, privadas y anónimas, de telecomunicaciones, control de accesos, pagos, identidad, etc

Si se te ocurren más, coméntalo.