Ayer escuché a una valiente doctora (endocrino/nutrición) en Radio Nacional RN5, decir una de las frases más claras que he oido en un medio de comunicación sobre el alcohol (cito de memoria):

Si se trata de establecer si el vino (o cualquier otra bebida alcóholica) es un nutriente o un tóxico, sin lugar a dudas hablamos de un tóxico

O sea, que al pan nutriente y al vino tóxico.

Ya oigo las voces bramar acerca de la historia, la dieta mediterránea, o (oh, sacrí­legos) el negocio. Por cierto, a los del “beneficio para la salud” de una copa de vino al dí­a, que se pregunten si ese mismo beneficio no se puede obtener de otra forma (-¿aspirina, por ejemplo?), y si con esa excusa tomarí­an dosis moderadas de otros tóxicos (como el arsénico o el plomo) que también puedne ser beneficiosos para la salud.

Por no hablar, claro, del tabaco.