De esta noticia (Los “Albertos” librados de prisión por un tecnicismo), lo más importante no es que cuando uno tiene dinero encuentra la forma de evadir impunemente la acción de la justicia, sino que el Tribuna Constitucional y el Tribunal Supremo mantengan divergencias de interpretación (de nuevo, tras el caso Urbanor) tan fundamentales y básicas que sólo se puedan explicar por una politización de sus razonamientos.

En cualquier caso, el perjudicado es como siempre el ciudadano, que con tamaña situación de indefensión jurí­dica, va perdiendo fe en las instituciones sobre las que se erige el estado de derecho.