Desde hace unos dí­as mi clave API de WordPress es rechazada sistemáticamente por el sistema antispam Akismet. He probado de todo: usar la clave de otro, generar una clave nueva, analizar logs, mirar en foros…

No es que se acabe el mundo, pero desde que no funciona, todos los comentarios (excepto de usuarios registrados que ya hayan publicado un comentario anteriormente) pasan a la cola de moderación. Los “legí­timos” y el spam. Eso significa una media de 2000 al dí­a para moderar, de los cuales sólo 1 de cada mil aproximadamente son válidos.

Como me gusta que la gente participe en una sana discusión, y puedan decir lo que quieran (o casi) en esta blog, intento procesar toda esa cola de moderación para que un mensaje legí­timo no termine en las faces del devora spam. La ciclópea misión no es tan cruda como parece, sobretodo cuando empleas el método Matrix (scroll por toda la página a toda velocidad, analizando la variación media entre comentarios, y teniendo en cuenta que los de spam no suelen superar las dos lí­neas y los comentarios legí­timos, sobretodo los de los nuevos, sí­…).

Pero aun así­, no llego al estatus de “elegido”, y sólo veo código a veces, y con ruido. Por ello, si has intentado poner un comentario como usuario recién registrado en este humilde blog (“humilde” el blog, no yo 😉 ) y sin embargo tus palabras de sabidurí­a han terminado en el lodo del spam, sólo puedo decirte… that‘s life, shit happens (-¿qué te habí­as creí­do, que me importa una mierda, o que esto es un medio de comunicación profesional o público con una responsablilidad? BUAHAHAHA ROTFL)