Según publica Blue Print (University of Oxford) en su número de marzo 2008 (página 4), haciéndose eco de un artículo en PLoS One, un equipo de investigadores de la universidad de Oxford dirigidos por el Dr. Morten Kringelbach y el Profesor Alan Stein, han determinado que las respuestas del cortex orbiofrontal medio (encima de los ojos, para que usted lo entienda) a imágenes de bebés, aunque sean bebés que nunca hemos visto, se producen muy rápido (una séptima parte de segundo). Demasiado rápido para ser voluntarias, por lo que debe ser un instinto.

¿Estamos, por lo tanto, “programados” para cuidar y proteger a los bebés… aunque no sean nuestros? Eso demostraría un comportamiento de “especie” y tendría enormes implicaciones (restaurando así mi fe en el ser humano). Por otra parte, también podría ser un mecanismo de ajuste de nuestro comportamiento, para generar tonos y movimientos que faciliten al bebé su aprendizaje y moderen su nivel de estrés, por ejemplo.

Interesante, sin duda.