A estas alturas ya habréis leído (en cualquier sitio, desde desde Expansión a Slashdot) sobre la demanda que Promusicae (manipuladores burdos, con una sub-web alineadora y propagandística, financiada con dinero público o por lo menos empleando su imagen, que deja fuera del discurso figuras tan importantes como el software libre, la copia privada, etc) le ha puesto a mi amigo Pablo Soto.

No voy a comentar la noticia. Directamente voy a hacer algo que no he hecho nunca: jugar a ser abogado. Este caso es tan obvio, tan de libro, que me dan ganas de presentarme en el juzgado y patearle el culo a los listillos de Promusicae yo solito.

Según la nota de prensa de esta gentuza:

– “proporcionaban programas p2p para el intercambio ilegal entre particulares de música protegida”: como ha quedado demostrado en multitud de denuncias y actos públicos ( 😉 ) el “intercambio” NO es “ilegal”

– “Soto desarrolló sus aplicaciones informáticas “con evidente ánimo de lucro” y con “una conducta parasitaria” para obtener provecho de la obra de otros”: las herramientas NO son nunca ilegales (ver este clásico artículo del abogado Carlos Sanchez Alemida al respecto), y no hay problema que se desarrollen con ánimo de lucro. Es más, la conducta parasitaria, si es de alguien, es de las discográficas y de las organizaciones que viven de ellas, como la propia Promusicae.

– “dispone de un entramado mercantil paralelo mediante el que gestionar los beneficios económicos de su actividad presuntamente ilícita”: “entramado” es una divertida forma de llamar a tener una empresa para cada web. Yo lo llamo tener empresas. “Entramado” es lo que tiene la SGAE o la propia Promusicae: sociedades entrelazadas, encubiertas, con conflicto de intereses, etc. Y lo de “actividad presuntamente ilícita”, lo de “presuntamente” parece aguantarlo todo. Es curioso que bajo este escudo podamos todos decir cosas como “los presuntos estafadores” (refiriéndonos a las suciedades de gestión).

– “Según las indagaciones de una agencia de detectives contratada por Promusicae, Soto explicaba personalmente a los interesados en contratar publicidad que sus tarifas “no son por clicks, sino por volumen” y que aceptaba clientes “a partir de 10.000 dólares mensuales, negociables”.”: ¿Y les hace falta un detective para averiguar cómo contratar publicidad en una página con enlaces comerciales? Si quieren un consultor para decirles de qué mal han de morir, yo puedo hacerles el trabajo, y baratito 😉 “Curioso” que uno de esos “detectives” sea el mismo que empleó Warner en su “investigación” contra “The Pirate Bay”. ¿Huele a Yankee o me lo parece?

– “carecen de cualquier tipo de filtro que evitara el intercambio de archivos protegidos por los derechos de propiedad intelectual de autores, productores e intérpretes” Y además esto está muy bien, porque la legislación y jurisprudencia españolas no contempla la necesidad de establecer ningún tipo de filtro entre otras cosas porque NO es ilegal. Aquí se empieza a ver la mano negra de los EEUU. Igual que cuando Promusicae amenazó al Rector de la UPV para que evitase que impartiese mi conferencia (y luego se demostró que quien estaba detrás era la MPAA norteamericana), en este caso son los asesores legales de las discográficas norteamericanas quienes le dicen a la voz de su amo lo que han de hacer y cómo han de amenazar. Y de nuevo cometen el soberbio y augusto error etnocéntrico de pretender que la legislación sea en cualquier país igual que la de los EEUU. ¿Cómo hay que explicarle a esta gentuza lo de la “copia privada” (y por ende lo del “canon”)?

– “Todos los reclamos publicitarios en las páginas de Soto incitan a intercambiar grabaciones musicales.” ¡Y bravo por él! Así se defiende la Cultura: compartiéndola. Además, igual que en mis conferencias donde exhorto a los asistentes a “descargar como posesos”, con estos mensajes lo único que se pretende es explicar la legislación vigente e impulsar el uso de las nuevas tecnologías como canal alternativo para la comercialización de obras audiovisuales. Seguro que el gobierno estará orgulloso de nosotros. Aunque a los parásitos intermediarios del modelo de negocio del siglo pasado le pese.

– “El presidente de Promusicae, Antonio Guisasola, se felicitó por la formulación de esta demanda “exhaustiva y documentada””: excepto en el aspecto legal. Qué pena por ellos y por el dinero de las discográficas que va a parar a mecanismos para enfurecer y criminalizar a sus propios clientes. Si es que esta gente no aprende ni a palos. Lo que hay que hacer es acelerar su extinción

Yo veo a Pablo Soto como un emprendedor que llena el hueco que las vetustas discográficas (y sus parasitarios satélites las asociaciones y entidades de gestión colectiva) dejan al no querer o saber emplear las nuevas tecnologías en su propio beneficio (ejemplo: el retraso de la implantación de la tienda online de “descargas legales” iTunes en España es debido a las trabas que Promusicae y SGAE pusieron a Apple… ¡en contra de su propio beneficio, por pura ambición desmedida!; ejemplo 2: ¿por qué no hay tiendas de descarga de películas online en alta definición en España… por los mismos). Ya lo decía Adam Smith: la mano invisible.

Así que este es un juicio que enfrenta a la Mano Negra (escondida tras La Voz de su Amo) y la Mano Invisible.

Ánimo Pablo, estamos contigo (y la ley ESPAÑOLA también).