Después de la presentación de producto, perfectamente coordinada y organizada en el Instituto de Comercio Exterior, me he ido a comer con mis distribuidores en China, a un restaurante que ya tenía en mi lista, y resulta que está en el mismo edificio que su oficina.

El restaurante en cuestión (LAN) está decorado por Philipe Starck, y como no podía ser menos es absolutamente impresionante (la foto no le hace justicia, pero ahí va)

Por cierto, la comida y el servicio son también excelentes. Pero todo el protagonismo se lo lleva la decoración. Eso sí, en este país van a tener que ajustar la cantidad de mano de obra que emplean para dar servicio, porque más de 50 personas (visibles) trabajando en este restaurante no puede ser sostenible por mucho tiempo. De hecho me comentan que los salarios y beneficios sociales empiezan a subir.

Tras un rato más de trabajo me he ido a un sastre que me han recomendado. En menos de 24 horas te hacen unos trajes y unas camisas impresionantes (tela elegida: cachemir australiano, corte: Boss -slim), con una calidad muy elevada. Luego he comprado algunas antigüedades, y de vuelta al hotel, a ver si me conecto un rato para trabajar (seguro que no me echan de menos en la oficina).

Si no pasa nada, mañana toca visita a la Plaza Tianamen (a primera hora para hacer TaiChi), Templo del Cielo, Ciudad Prohibida (y almuerzo en el restaurante del interior de la Ciudad Prohibida), y para finalizar el día de la mejor forma posible: visita al distrito del arte: espacio 798.