Ayer en una tertulia salió el tema de los errores linguísticos (de traducción, etc). Las cuatro anécdotas más divertidas, verídicas y contadas en primera persona fueron:

– Un americano que, intentando aprender español cuanto antes, queda con tres compañeras de trabajo para comer en el centro de Valencia. Piden todos pollo. Cuando lo sirven, él es el primero en probarlo, y se quema. Intentando avisar a las demás, grita: “Cuidado señoritas, mi polla está caliente” (mientras señalaba al plato, aunque se podría interpretar como que señalaba a otra cosa).

– Un amigo, director para España de una multinacional americana recibió a su jefe mundial (británico) en Valencia la semana pasada. El británico le pregunta “Are you working on the project?” ("¿Estáis trabajando en el proyecto?"), a lo que mi amigo, empleando toda la lógica y los conocimientos de inglés adquiridos en una academia, le responde “Hardly”. Él intentó decir “Duramente”, y construyó “Hard” (duro) + “-ly” (-mente). El único problema es que “hardly” significa “a penas”.

– Un JAG (auditor militar general) de la OTAN amigo mío me contó que en un examen de latín les pidieron que tradujesen una frase que en español era “Julio César mandó a sus soldados al puerto de Ostia”. Como muchos de sus compañeros carecían de los conocimientos de geografía e historia suficientes, tradujeron la frase como “Julio César mandó a sus soldados al puerto de una hostia”.

– Esta última me pasó a mí mi primer día de estudiante en EEUU. En clase de matemáticas me pide la profesora que salga a la pizarra a explicar las propiedades asociativa, conmutativa y disociativa. Todo confiado comienzo a escribir, y al ver que no tendría espacio suficiente, decido abreviar. “Ass.” en vez de “Associativity”. La carcajada fue general, y yo no entendía nada. [“Ass” =“asno” o “culo”, en cualquier caso…]