Sin presunción de inocencia. Sin sospecha de haber cometido un delito. Sin tutela judicial.

Así, a traición (en verano, escondido tras las olimpiadas de Pekín y el conflicto de Georgia), el gobierno Sarkozy ha puesto en marcha dos peligrosas iniciativas, EVIDGE (pública) y CRISTINA (secreta), con el mismo objetivo: fichar a todos los ciudadanos (mayores de 13 años) que “por sus opiniones atenten contra la seguridad pública”. Helene Franco, secretaria general del sindicato de la magistratura, dice “Somos la única democracia en Europa donde existe una policía política. Puesto se trata de eso"

Es la “policía del pensamiento” de Orwell, la versión europea de la ley fascista norteamericana “Patriot Act”. Por lo menos Bush tuvo que derrumbar varios rascacielos y parte del Pentágono para que los ciudadanos aceptasen tal atropello. Aquí no ha hecho falta. Con una mayoría legislativa basta.

Cuando las barbas de tu vecino veas cortar… (aunque en España ahora mismo también tenemos ya cosas en marcha como la “Comunicación de Información Relevante de la CNMV”, el ACTA internacional, o el espía en una caja de Siemens)