En el aeropuerto ví este ridículo cartel publicitario de los jóvenes empresarios (que para un gesto tan altivo como tocar el sol y reirse de las distancias ya podrían cortarse las uñas). Ya sabe a dónde va a parar su dinero, señor contribuyente: a las pajas mentales de los pequeños grupos de influencia, y la autocontratación con los amiguetes de los políticos (y ni aun así me explico esta chapuza).

La jornada de trabajo ha sido larga, pero la instalación va bien (hoy, después de los 4 MacPro, han tocado los 6 Xserve -por cierto, lo más interesante de la foto es el reloj de Tokyo Flash, que aunque me encanta, no es mío).

Depués en el Centro de Arte Conetmporáneo CAC he visto el interesante documental Regular or Super. Views on Mies van der Rohe dirigida por Joseph Hillel y Patrick Demers, película Canada/EEUU de 2004 (57’) dentro del ciclo de cine y arquitectura. Y no, no he entrado a ver la exposición itinerante de la colección de Sorollas de la Hispanic Society de EEUU.

La cena en el estupendísimo Zenart. La decoración minimalista encaja perfectamente con una cuidada cocina a cargo de un chef japonés con muy buen hacer. Pero lo más increíble: las vistas. Me he pasado la noche encandilado con unas vistas que no voy a olvidar. Realmente mágico (y yo sin la cámara).

Como colofón, en un local junto al teatro/cine Albéniz (en el que en algún momento tengo que ir a ver el largometraje francés Dejad de Quererme), zumo de plátano natural e intensa tertulia. ¿Qué más se puede pedir?