Fernando me envió hace tiempo un enlace a un artículo que puse entre mis “imprescindibles”. No obstante, llevaba tiempo con ganas de hincarle el diente, y a bote pronto se me ocurre:

“End of intellectual property (why we create, and how we can all do it)” + Zizek se equivocan sobre el pasado y el presente (no la technología) = debemos retomar la política y el capital (si es que alguna vez fueron nuestros).

Debemos acabar con la representatividad que aleja la capacidad de decisión de nuestras manos (poniéndola en manos de un pequeño grupo endogámico y a su vez deudor o temeroso de grupos de presión, grandes corporaciones, medios de comunicación e instituciones supranacionales) mediante el espejismo de una participación simbólica cada cuatro años, agrupada y masiva, limitada en opciones e hiperregulada.

Debemos acabar con la concentración de capital que aumenta sin parar la distancia entre los que tienen y los que no, efectivamente condenando a éstos últimos a rogar migajas, mientras los primeros se erigen en

Debemos acabar con las barreras de acceso a los medios productivos (hubo una época en que dichas barreras consistían en capital y conocimiento – hoy el conocimiento puede ser accesible y gratuito, y el capital cada vez menos necesario a medida que los métodos productivos se abaratan gracias a la tecnología – ver Reprep)

Debemos acabar con la escasez artificial (manipulaciones múltiples y variadas del libre mercado que irónicamente los países más defensores del libre mercado son los que más permiten, y muy particularmente en las áreas del conocimiento, ridículamente reguladas y restringidas mediante mecanismos artificiosos como Patentes, CopyRight, etc)

Y ¿con qué sustituimos lo que hemos defenestrado?

Sustituyamos la representatividad con políticas de participación directa y obligatoria

Sustituyamos la concentración de capital con una distribución no traumática y a la vez efectiva del mismo mediante la abolición de la herencia, y la redistribución de la práctica totalidad de las acumulaciones de capital tras el deceso directamente a todos los ciudadanos, NO al estado, con lo que podríamos alcanzar algo parecido a la Renta Básica

Retomemos lo que es nuestro: la capacidad efectiva de decisión, la distribución del capital, el acceso a los medios productivos, el libre mercado…

¿Suena Marxista? En parte. ¿Comunista? Definitivamente no (por cuanto reniega de la función reguladora y controladora del Estado). ¿Anarquista? Sin duda.

Hoy la tecnología nos lo empieza a permitir. Empecemos la lucha de reconquista antes de que nos quiten la tecnología, el acceso a la misma, su uso… o incluso nuestra voluntad de lucha (mediante la alienación, el adoctrinamiento, la manipulación, el enfrentamiento, o cualquiera de los clásicos métodos maquiavélicos de los que se ha valido el poder tradicional durante siglos).