La verdad, no es una ciudad que dé para muchos apuntes. Gris, triste, pobre… Como cualquier lugar donde hay gente, hay historias que contar y belleza en los rincones. Además, con el Caribe y el Parque Nacional El Ávila (lo veo desde la ventana de la habitación del hotel), por supuesto que hay belleza natural. Pero ni he tenido el tiempo ni las ganas de buscarlo. Eso sí, unas cuantas anécdotas más:

En el desayuno me he preparado mis propios jugos (de durazno, lechosa, camburo y piña) y, a parte de otras muchas cosas, he disfrutado viendo cómo me hacían unas cachapas, a las que para rematar he añadido leche condensada.

La vistas desde el ascensor del hotel, inmejorable:

Luego, en la Oficina Comercial de la Embajada Española en Caracas, el responsable de informática me ha reconocido y me ha dicho “¿usted es Jorge Cortell? Sólo quería decirle que es un honor conocerle, le sigo desde hace tiempo”. La verdad es que es cierto que los informáticos somos un poco raritos.

Los murales.

Por todas partes hay murales, desde los Anti-USA

hasta los “revolucionarios”

con “Chávez” por todas partes (ayer no podía creer el populista e inacabable discurso que dió en un meeting electoral que retransmitieron por televisión). Se le va más la olla que a Julio Iglesias en persona.

Pero los murales que más me han llamado la atención, y los más frecuentes son los que reclaman (de una manera más o menos directa) el pago de impuestos

¡Cómo se nota que ha bajado el precio del crudo!

En cuanto a la libertad de expresión, es mucho más amplia y plural de lo que los medios europeos y norteamericanos nos quieren hacer creer. Chávez será un populista disparatado (el “negro loco”, lo llaman aquí) pero hay puralidad política y ilbertad de expresión (y abuso en los medios, claro, más obvio y a mayor escala que en otros países, pero en todas partes cuecen habas en los medios públicos). Eso sí, su política populista le ha llevado a inversiones faraónicas, proyectos utópicos, y escasez en otros muchos ámbitos. Es sustituir un mal reparto por otro. Lo que lleva a una sensación de inseguridad (amplificada por posturas políticas que la instrumentalizan) y toda su expresión externa: alambradas electrificadas en las viviendas unifamiliares, CCTVs, rejas en cada puerta y ventana ¡hasta en el sexto piso!

Por último he disfrutado en la Universidad Central de Venezuela. Pese a que se construyó en los 50 (en su ubicación actual), y no dedican precisamente mucho presupuesto al mantenimiento, ha sido declarada patrimonio cultural de la UNESCO porque contiene una ingente cantidad de arte (principalmente mural) de una enorme cantidad de artistas de la época (Calder, Léger, Otaola, Barrios, Arp, Otero, Manaure…).

Además hay WiFi gratis, abierta, y no capada (yo me he conectado desde el lobby de la Facultad de Odontología). Y en las paredes de los pasillos exteriores (cubiertos, no sé si más por el sol que por la lluvia) hay pizarras donde los alumnos debaten fórmulas matemáticas o resolución de problemas de marketing. He visto docenas de ellas, y ni un solo grafitti, obscenidad, ni mensaje político (están en elecciones). ¡Qué ambiente más maravilloso!

Mañanita mismo a Bogotá (Colombia). ¿Qué tú sabes, wei?.

[Actualización]: lo nunca visto. En el Duty Free del aeropuerto de Caracas, a la venta televisores de plasma de hasta 42 pulgadas, en packs con Wii, Guitar Hero… ¿lo dejarán subir al avión como equipaje de mano? ¿el comprador será tan suicida de embarcarlo o confiar en que se lo enviarán? Ver para creer: