En Valencia hay muchos sitios que están bien (por ejemplo, restaurantes ya conocéis varios de mis favoritos, aunque hay unos cuantos más que son realmente interesantes). Pero he de reconocer que en Málaga, siendo la mitad en población que Valencia (aunque tiene un aeropuerto, donde me encuentro ahora, y unos vuelos internacionales que dejan a Valencia al nivel del betún), no he repetido ni restaurante ni hotel hasta ahora, y sigo gratamente sorprendido.

Esta vez, en viaje relámpago (volveré pronto), he disfrutado de la buena cocina de Salmorejo, y de una inigualable ubicación y vistas a la calle Larios desde el hotel Room-Mate Larios (que por cierto está mucho mejor de lo que las imágenes de su web dan a entender), o desde el salón del desayuno (pitufo integral con aceite de oliva y tomate incluído, claaaro) con vistas a la Plaza Constitución.

Eso sí, lo de que en Málaga hace siempre calor, no me lo creo: ¡7?C anoche! Aquí está claro que también hay que ir con la estufa por la calle en invierno. Y la sombra portátil en verano. Menos mal que a uno no le importa (c‘est mon plaisir) 😀