[code: spark]

Necesitamos acciones reivindictivas de impacto, pero no violentas ni destructivas. Existe un palpable descontento sobre multitud de asuntos que no llegan suficientemente claros a los medios y los políticos: privacidad, canon, exigencia de transpariencia en Suciedades de Gestión, responsabilidad de directivos de entidades financieras, sistema de control de promesas políticas…

Las manifestaciones son difíciles de organizar, y no son lo suficientemente populosas a no ser que se trate de un tema “mayoritario” (o percibido como tal). Los graffitis son “destructivos” en muchas ocasiones. Y la tecnología, por extraño que a algunos nos parezca, sigue siendo un área “reservada” a unos pocos que le sabemos sacar partido.

Pero hay algo que todos tenemos (aunque a veces no lo parezca): imaginación. ¿Por qué no comenzar una oleada de acciones reivindicativas pacíficas y no destructivas, que por lo tanto no den paso a pánico, ni represión, ni populismo demagogo… pero que hagan llegar nuestra voz de un modo cada vez más claro e imparable?

Cuando se inventó la imprenta, los panfletos llevaron la voz “anónima” del descontento popular a ojos de todos, saltándose así al censor oficial. Pero ahra los espacios públicos estan copados, saturados… ¿o no?

Luchemos contra la comercialización de nuestros espacios habituales (pantallas de info/publicidad en ascensores). Empecemos (o sigamos) una toma de los espacios públicos no ocupados. Aquellos que son de fácil acceso, pero muy transitados. Y nada de pintadas ni desperfectos: imprime un manifiesto, un poster, un cartel… y pégalo (con cinta adhesiva) al ascensor, entre piso y piso, cuando nadie te ve. Que tu voz se escuche, pero mantente anónimo.

Esto es sólo el principio. ¿Te apuntas?