En el lobby del hotel, hay una pantalla plana de 42" Philips con efecto 3D lenticular espectacular, pero aun lejos de ser útil para su uso doméstico.

Pantalla 3D Philips

Ya fuera, la nieve me trae grandes recuerdos. Queda muy bonita en las fotos y las “navidades blancas” y todo eso. Pero la verdad es que ni me acostumbro ni me gusta la nieve+viento (Chicago es Wind City, y más a la orilla del lago) +frío. Y menos el maldito cielo cubierto completamente por una nube/bruma gris claro. Ya se ma había olvidado lo mucho que me afectó el cielo de Michigan durante meses seguidos, sin ver el sol. Sin sentir sus rayos, que ciegan y molestan, pero dan energía y vitalidad, sobre mi piel.

¡Aquí sí es jodido ir en bici! Y sin embargo se ven más que en Valencia en primavera. Tiene guasa.

Por eso es más que loable la perseverancia de los huelguistas que, durante 5 años, y sin incidentes ni molestar a nadie, según me cuentan, han estado reclamando condiciones laborales justas a la puerta del hotel.

Así que menos por el trabajo, se van las ganas de desplazarse por la ciudad. Pero como uno no sabe viajar y quedarse en el hotel, pues a buscar un buen restaurante para cenar.

El sábado fue Rhapsody. Parecía la sede central del partido republicano: decoración muy conservadora, al lado del Orchestra Hall, donde actúa la maravillosa Orquesta Filarmónica de Chicago (lástima que actúan pronto y no pudimos llegar al concierto), y todo lleno de WASP (white anglo-saxon protestant). Imaginad a JJ y a mí, sin afeitar, cansados y desarrapados tras el viaje… ¡y cenando de maravilla entre “ellos”!

Como contrapunto, todo lo contrario, el domingo fue Tamarind. Genial ambiente (universitarios), música lounge de los 60, y cocina asiática original, incluída la bebida.

Anoche fue Oysy. Decoración más minimalista, muchos clientes asiáticos, y cocina (sobretodo sushi y sashimi, aunque yo he tomado Tofu en Tempura y Langosta) impecable.

postre en Oysy

A ver si hoy acabo pronto las reuniones y me da tiempo a visitar tanto el Art Institute of Chicago, el Museum of Contemporary Photography, y un par de tiendas muy particulares que hay frente al AIC. En cualquier caso siempre me queda mañana (Jazz en Chicago: eso no se me escapa).

Si sólo mi rubia o mi peque estuviesen aquí, sería perfecto.