Veréis que hace tiempo que no hablo de las multas a la SGAE, las sentencias absolutorias del P2P, las proposiciones de disparate-“tedebouna”-ley, ni nada por el estilo.

Soy un agent provocateur, un incendiario, un agitador, un despierta-conciencias, incluso acepto lo de polemista-alarmista como animal de compañía… pero no soy una caja de resonancia ni un medio de comunicación de masas.

Tras demostrar que el P2P era y sigue siendo legal en España, y tras apuntar a los intermediarios parasitarios como principal causantes de la crisis discográfica, ahora me gusta centrarme más en alternativas, ejemplos, buenas prácticas. Praxis.

La cantinela de “las viejas glorias consagradas aun funcionamos por inercia, pero los nuevos talentos no van a tener una oportunidad porque nadie apostará por ellos” es una de las falacias que más enfermo me pone. Cierto que en el modelo tradicional es así. Pero igual de cierto que antes “triunfar” (no me hagáis hablar sobre lo relativo del término) era estadísticamente más difícil que te tocara el gordo de la primitiva (literalmente), sigue siéndolo ahora con los nuevos medios y modelos de negocio.

Lo que ha cambiado es la posibilidad de que alguien de otro país te contrate para una gira sin que ni siquiera tengas discográfica, o que saques un disco al mercado sin pasar por la caja de los mencionados chupópteros. Por eso ahora el panorama musical está más vivo que nunca, y por eso que hay más competencia es más duro “forrarse” (ni que hubiese sido fácil antes).

Ejemplos de panorama vivo los hay todos los días por todas partes, desde las salas de conciertos hasta Siglo XXI de Radio3, pasando por supuesto por la red. Un par de ejemplos más de operas primas: el blog de La Orfebrería Sónica de Tipoaparente y sus amigos, que apunta maneras (no es precisamente PlayGround, pero a veces “más” no es “mejor”, el tiempo dirá), y un clásico instantáneo: Los Mares de China de Zenet (que me descubre Juan, gracias).