Alvaro me envía esta noticia (cuya víctima es un DJ colega suyo) donde se relata cómo la policía revisa las maletas de discos y reproductores MP3 de los DJ‘s para comprobar que los discos sean originales y no copias (me pregunto cómo hacen eso con los MP3, los listos). Si son copias, se acabó la fiesta (porque el P2P, y la copia PRIVADA son perfectamente legales, pero en un entorno no privado y con ánimo de lucro el asunto de la copia cambia).

La SGAE, haciendo amigos. Muy inteligente: la gente que promociona y pone de moda los temas, que son grandes promotores y prescriptores de esa música enlatada que nos siguen vendiendo en objetos tangibles (CDs), son el objeto de su furia extremista y ultraortodoxa, al igual que antes lo fueron (y siguen siendo) los consumidores que en definitiva les dan de comer.

Y ya se sabe lo que pasa cuando muerdes la mano que te da de comer: a pinchar música libre, a bailar en conciertos de músicos no afiliados al sindicato vertical del crimen organizado, y a dejar de comprar “productos” con trampas anti-consumidor que engordan las arcas de los que nos odian.