Hay cosas difíciles de comprender, con las que uno no está de acuerdo, discutibles, pero que tienen una “justificación”. Ejemplo: el DRM que inicialmente llevaban todas las canciones en iTunes, pese a que Apple estaba oficialmente en contra (según ellos era un mal necesario para conseguir que las discográficas pusiesen su catálogo a la venta de modo digital, en lo que hoy se ha convertido en la mayor tienda de música del mundo).

Y cosas que por mucho que uno las barrunte, no consigue comprender. Como es el caso de la SuperDrive (lector/grabador de CD/DVD de Apple) externa para el modelo MacBook Air.

Resulta que este aparato está limitado por hardware y en el puente IDE a USB realiza un handshake con el ordenador para comprobar si es un MacBook Air. Si no lo es, no funciona. Pese a que es hardware, y USB, con lo que debería de funcionar (controladoras soft a parte) con cualquier ordenador con ese puerto.

¿Por qué limitar así? ¿Acaso no consiguen simplemente reducir su mercado potencial, sin aportar nada a cambio? Las conjeturas son varias:

  • No quieren tener que dar soporte a usuarios de Windows o GNU/Linux
  • Es un artículo con bajo margen para ellos (aunque no es barato) y por lo tanto sólo tiene sentido ofrecerlo para suplir la carencia de unidad óptica del MacBook Air
  • Tienen algún acuerdo secreto de no competecia con algún fabricante de unidades ópticas, y así se aseguran de que este producto sólo es accesible a un grupo reducido y muy específico de usuarios potenciales

Pero el veredicto está claro: CULPABLES. De atentar contra nuestros derechos como consumidores de elegir. De ocultar el funcionamiento de la tecnología. De entorpecer la libertad de mercado.

Así que voy a devolver mi SuperDrive, y la cambio por esta otra unidad óptica horrorosa pero útil y no restringida (además de LightScribe).