Me gusta el diseño. Me interesa la estética. Pero, si al migrar este blog primero opté por un diseño minimalista (“zen”, reflejando mi espíritu, como me dijo Juan), ¿por qué ahora este diseño aparentemente recargado?

Muy sencillo, la respuesta es que, tras reflexionar sobre ello, entiendo que un blog no debe ser solamente la mera expresión de los gustos y deseos de su autor. De esto se deriva el divismo, el ombliguismo, el egocentrismo, la endogamia…

Tampoco debe ser solamente un “medio de comunicación”. De ello se deriva el titular, la superficialidad, la hiperespecialización/estrechez de miras, el fanatismo…

Un blog debe ser todo ello y mucho más. O sea, nada de todo eso. 

Un blog debe ser un blog. Una bitácora. Un cuaderno de notas colaborativo o no, dialogante o no, pero siempre un blog. Por eso este diseño de Evan para Smashingmagazine, “basado” en webdisegnerwall, de cuaderno de notas (con alguna licencia gráfica).

Ahora a personalizar y modificar. Me gustan los retos, me encanta redireccionar, modificar php, css y html, editar gráficos… maldito cronos.

[Por cierto: me aposté con alguien a que tras trasladar el blog, y cambiar el feed del RSS, e incluso el diseño, muchos muchos lectores se irían a otra parte, perdido ya el interés en un tipo que sólo habla de lo que le pasa por la cabeza, que nunca sabes lo que va a ser (excepto que en la mayor parte de las veces va a ser sobre sí mismo para alimentar su hiperdesarrollado ego). De hecho la apuesta era que se registrarían menos de 40 usuarios en dos semanas (antes tenía varios miles). En efecto, ya somos, literalmente, 4 gatos. Me gusta la sensación de intimidad y proximidad que ello permite.]