Llevo días dándole vueltas a este post, y me hubiese gustado dedicarle más tiempo (que no tengo ni cuando me quedo solo) pero al final me puede la rabia y, como siempre, escribo lo que me viene a la cabeza de modo impulsivo: ¿cuántas veces habéis oído hablar de “arte” de un modo absoluta e irrespetuosamente restrictivo?

En TV, en la radio, en periódicos, en blogs… se habla de arte y se suelen englobar unas pocas disciplinas (generalmente música, cine, y literatura). ¿Qué hay de otras artes? Escénicas (como el ballet), plásticas (como el diseño gráfico o el graffiti), culinarias…

Lo mismo ocurre con términos como “cultura” (¿a caso no lo es cualquier comunicación?), “hacker”, etc.

Lo preocupante no es la simplificación y reducción, tan comunes en nuestra sociedad de la producción en serie, el consumo masivo, y el déficit de atención. Lo preocupante es que con ello se concentra, facilitando su mercantilización, pero también su escasez artificial, y el establecimiento de filtros e intermediarios.

Incluso poniéndose específico y acotando disciplinas, se puede y se debe ir más allá. Ejemplo: arte plástico. Busca, disfruta, y ya me dirás si esto es arte: tiza (Julian Beever, Kurt Wenner, Eduardo Ruiz Relero, o Edgar Müller y Manfred Stader), personajes (Fran Ferriz), diseño gráfico (Martijn Van Dam), diseño web… ¿y tú que pensabas en óleos y lienzos enmarcados?

Abre tu mente, respeta los conceptos amplios, o por lo menos sé (y exigen que los demás lo sean) más exacto y correcto en el uso del lenguaje.