La luz sobre los azulejos de la pared. Es en todo lo que se podía fijar.

No importaba la sirena de la ambulancia que todavía podía escucharse fuera. Ni las pisadas a toda prisa de médicos y enfermeros empujando su camilla. Ni el caparazón amorfo que tubos, sábanas manchadas de sangre, gasas, y demás, formaban sobre su cuerpo.

La luz sobre los azulejos de la pared. Es en todo lo que se podía fijar.

La luz sobre los azulejos de la pared. Es todo lo que recuerdo.