Leo en Dinero (febrero 2009) un informe sobre el problema del agua, con datos de sobra conocidos:

  • Cada 20 segundos muere un niño en el mundo por la falta de condiciones sanitarias adecuadas (sólo en India mueren más de 2 millones de niños al año por falta de agua limpia)
  • El número de niños que han muerto a causa de diarrea en los últimos 10 años supera a TODAS las muertes producidas por las guerras desde 1945
  • 4 de cada 10 personas en el mundo no tiene acceso a ningún tipo de retrete
  • La disentería y fiebres tifoideas (que se podrían casi erradicar con saneamiento adecuado) matan a más niños en el mundo que el SIDA, la tuberculosis y la malaria juntos
  • Un 60% de las enfermedades conocidas están relacionadas con la escasez o contaminación del agua
  • El consumo de agua se ha duplicado (hasta los 1700 litros por persona al día) desde 1960
  • En la cuenca del río Ganges viven 450 millones de personas, 70 millones de los cuales arrojan sus desechos al río
  • El 60% de las mujeres indias tienen enfermedades ginecológicas o cutáneas por la exposición a aguas contaminadas

Está claro que invertir en saneamiento es fundamental. Y además muy rentable:

  • Por cada dólar destinado a saneamiento se ahorran 7 (en gastos médicos y pérdidas en productividad)
  • Construir infraestructuras sanitarias a nivel global costaría 95.000 millones de dólares (hasta 2015) pero se ahorrarían 660.000 millones
  • Cuando Perú tuvo una epidemia de cólera en 1991, contener el avance de la enfermedad costó 1.000 millones de dólares, cuando prevenirla hubiese costado 100 millones
  • En Tanzania, India y Bangladesh, cuando las escuelas públicas instalaron letrinas, la población escolar aumentó un 15%

Y cremos que como esto pasa en el “tercer mundo” (odio la expresión), no nos afecta. Pues bien:

  • Las enfermedades cada vez más traspasan barreras a medida que se producen flujos migratorios mayores y disminuye el coste de los desplazamientos
  • Desde que en 1842 Edward Chadwick diseñara para Londres el modelo hidráulico de desagües de urbe que se ha generalizado en Europa y América, algunas infraestructuras originales apenas han sufrido modificaciones o mantenimiento
  • Según la Agencia de Protección Medioambiental de EEUU, el 2020 más del 50% de las redes de alcantarillado del país estarán en grave deterioro
  • En 2004 600.000 toneladas de aguas residuales sin tratar se vertieron en el Támesis debido a que las lluvias desbordaron la capacidad de almacenamiento de la red de tuberías de la ciudad
  • Bruselas no tuvo sistema de depuración de aguas residuales hasta 2003
  • Hasta 2005 Milán vertía casi todas sus aguas residuales al río Lambro (hasta que la Comisión Europea les amenazó con una multa de 15 millones de euros diarios)
  • Innumerables ciudades costeras (como Vancouver o Brighton) vierten sus aguas residuales al mar

Pero no sólo hay que invertir, sino castigar a quienes emplean mal o corruptamente los recursos públicos con grave daño para sus poblaciones:

  • Por ejemplo Pakistán invierte 47 veces más en gasto militar que en el campo del saneamiento pese a que mueren 120.000 ciudadanos pakistaníes la año por disentería
  • Robert Mugabe nacionalizó en 2006 las empresas municipales de agua tras perder más del 80% de las elecciones locales, con el objetivo de ahogar a la oposición (literalmente). Con ello también consiguió ahogar a la población con corrupción y sobornos que permitieron mezclar las aguas residuales sin tratar con las reservas de agua dulce de Harare, donde ha subido la tasa de mortalidad un 19% por el cólera

Está muy bien defender las tecnologías, la ciencia, la I+D+i… pero lo que el British Medical Journal en 2007 y Focus declararon tras sendas encuestas como “el mayor hito médico del siglo” y “el invento más importante de todos los tiempos” (por encima de la rueda) merece mucho más nuestra atención e inversión: el retrete, el saneamiento. Según el profesor Gary Ruvkun de la facultad de medicina de Harvard, nada extiende más la expectativa de vida humana (una media de 20 años) que un cuarto de baño en la vivienda.