La verdad, la integridad, etc, son elevadas aspiraciones de mentes evolucionadas como la nuestra. Hay quien lo ve al revés: que sólo nosotros somos capaces de mentir, de ser impostores. Pero cualquier zoólogo sabe que esto no es así. Uno de los ejemplos más claros y sorprendentes es el de la mariposa azul rebelde. Según un estudio del Profesor Jeremy Thomas, publicado en Science, las larvas de esta mariposa imitan las señales químicas de las hormigas para infiltrarse en sus colonias. Una vez están dentro, imitan los sonidos de las reinas para asegurarse un tratamiento preferencial.