Según un estudio publicado en el Journal of Neuroscience, realizado por el Departmento de Psicología de la Universidad de Peking y el Departmento de Radiología del Hospital Universitario de la Universidad de Peking (China), la Corteza Cingular Anterior, en el cerebro, no sólo gestiona el dolor, sino la empatía por el dolor que vemos a otros sentir. Sin embargo, el hallazgo más significativo del estudio es que, empleando fMRI, se ha podido determinar una alto grado de correlación entre la activación de CCA y la corteza insular/inferior frontal cuando los grupos raciales mostrados eran iguales al sujeto del experimento.

En otras palabras: nos duele más ver a alguien de nuestra raza sufrir que ver a alguien de otras razas. O sea, somos racistas (aunque sea en el ámbito empático) por naturaleza.