Amanece muy nublado y cayendo aguanieve. Esto ya parece más Chicago.

Esta mañana he estado en el brunch con gospel del House of Blues. Nada espectacular (ya había estado muchas veces en sesiones de gospel en otras ciudades). Pero siempre me llama la atención la genuinamente espectacular forma en que los “afroamericanos” (negros, vamos) viven esa comunión de música y religiosidad. De especial mención ha sido el escuchar (y cantar) “Down by the river” un “negro espiritual” (canción de la época de la esclavitud).

Luego a trabajar. He terminado reventado (corriendo arriba y abajo de reunión en reunión, preparando documentación, negociando…). Cuando he salido ya era de noche (aquí se está haciendo de noche a las 16:30h) me he pasado por el Apple store, y alguna que otra tienda, donde gracias al cambio euro/dolar me he ahorrado más de 2.000 euros.

Al acabar me han invitado a la presentación de un libro en Nacional 27, y me he quedado a cenar, porque aunque no me va mucho la comida “latina”, esta era de “fusión”. No estaba nada mal (y aunque no bebo alcohol, supongo que lo cócteles tampoco, pues la revista GQ los colocó en la lista de los 20 mejores cócteles de EEUU).

La relativa cercanía a Blue Chicago también ha hecho que me decidiese a quedarme, porque después he asistido al pedazo de concierto que “Granná Louise (ganadora del Chicago Blues Challenge, con una carrera tan dilatada como sus posaderas) & The Troublemakers” han dado allí. La sala estaba bastante llena para ser un lunes, y había gente de todas partes (han empezado a preguntar, y había gente de Malasia, Japón, Corea, Francia, Rusia, Holanda, y por supuesto, España). En el descanso he podido hablar un rato con los músicos sobre el blues, y Granná me ha dedicado (bueno, a mí no, a mi chica que se ha perdido el concierto) uno de sus discos.

Ahora, aunque veo mucha gente entrar en Excalibur y en Angels & Kings (votado mejor bar de Chicago) yo me voy directito al hotel, que hace un frío que pela y mañana hay que madrugar. Buenas noches.