Sábado por la tarde: espero a mis compañeros en el hotel. En el lobby una periodista entrevista al entrenador, y luego a un par de jugadores del equipo de fútbol Los Indios. Les repite las mismas preguntas a todos, e incide sobre lo mal que lo están haciendo. “En España esta iba a durar poco”, pienso.

Quería haber aprovechado la 51 Muestra Internacional de Cine, pero el tiempo, por mucho que me empeñe, es un recurso finito.

Llega la noche, y con ella mis compañeros (lo de volar en aviones separados por seguridad está bien, pero te pierdes parte de la diversión de un viaje de trabajo en grupo: han venido todo el vuelo hablando de servidores y volúmenes compartidos). Como están cansados y es tarde los llevo a cenar cerca del hotel, una carne excelente (y como dice uno de ellos “no sólo por el personal”) en el Angus Butcher House de Insurgentes.

Domingo, nuestro único día libre pese a que el lunes es fiesta en Mexico. Desayuno a las 09:00h y salimos hacia:

– Museo Nacional de Antropología de Mexico: considerado unos de los mejores del mundo. Ya lo conozco, pero realmente merece la pena regresar. Hemos pasado toda la mañana allí y he realizado más de 200 fotografías. Impresionante. Luego hemos llamado a un taxi seguro y nos hemos ido a:

– Zócalo: hemos comido (entre otros: gusanos y huevos de hormiga) en Cardenal; luego hemos pretendido visitar el Palacio Nacional (con sus espectaculares murales de Diego de Rivera) pero cerraban a las 16:00h; así que nos hemos acercado al Templo Mayor, que también estaba cerrado; cuatro fotos a curiosidades de la catedral, y hacia el hotel (que ya era de noche). Nos hemos dejado la exposición de Antony Gormley en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, y hemos pasado por el lobby del Palacio de Bellas Artes. ¿Cena? un sandwich y a dormir, que mañana hay que levantarse a las 06:00h, trabajar todo el día, y tomar el vuelo de las 21:00h de regreso a España.

Actualización: lunes de trabajo intenso, comida en La TCla, y al aeropuerto.