Leí ayer en la edición papel portada del International Herald Tribune tres noticias que demuestran que el utilitarismo en política, tan común como peligroso y degradante, suele dejar al descubierto esa gran mentira e hipocresía cobarde que se deriva de los mecanismos de la Democracia Representativa:

  • El Presidente Obama haciendo un tímido llamamiento a la libertad de expresión ante una limitada audiencia en China, y no mencionando para nada las violaciones de Derechos Humanos del Gobierno Chino en su visita oficial a ese país. Enlace.
  • El temor a que Irán oculte nuevas plantas nucleares, porque una de las descubiertas requiere de otras para funcionar (y solicitan sanciones duras e inmediatas, o una invasión). Enlace. En el mismo periódico se incita al gobierno de EEUU a seguir negociando con Corea del Norte, pese a que esta ha declarado que no va a cesar en su programa nuclear (pero en la zona no hay petróleo, claro). Enlace.
  • La prueba de que EEUU permite y facilita el acceso de Teodoro Nguema Obiang a su mansión de Malibú (en California, EEUU) desde Guinea Ecuatorial pese a que, según cita el periódico, documentos de la Secretaría de Justicia y de Inmigración y Aduanas reconocen que “la mayoría, sino toda su fortuna, proviene de la corrupción derivada de las reservas de gas y petróleo de su país”. Enlace.

En España no nos quedamos cortos, y el debate sobre la liberación del Alakrana se centra en nimiedades y detalles, cuando lo vergonzoso es que se admita públicamente que se ha pagado a unos secuestradores. Gracias por abrir la veda a que secuestren a más españoles en el extranjero, y publicitarlo, señores irresponsables, cobardes e hipócritas del gobierno.