Vergüenza de patrocinio cruzado en el IVAM para favorecer al hijo de su directora
Ana me envía (gracias) este artículo de El País no tiene desperdicio. Los hechos hablan por sí mismos. Una verdadera vergüenza, que deja descaradamente al descubierto la manipulación que un gestor público deshonesto puede hacer del arte contemporáneo en su propio beneficio (o en el de su hijo, en este caso).