Tres décadas han transcurrido desde que la paranoia volviese locos a políticos y militares norteamericanos por culpa de la película “Juegos de Guerra” y un par de incidentes con unos phreakers descuidados. Los años paranóicos posteriores alcanzaron un nivel de obsesión irracional increíble, incluyendo los medios de comunicación haciendo el juego de amplificación y contaminación y jueces “vendidos” e ignorantes buscando cabezas de turco que sacrificar ante el Gran Hermano. Algunos dejamos de “jugar con las redes” por miedo, tal era la presión de (en aquel entonces) FBI y NSA. Pero por supuesto, ni importó ni cambió nada.

Por desgracia, tanto la paranoia como la distorsión mediática continúan a día de hoy, con políticos exigiendo medidas descabelladas, y medios de comunicación que parecen serios, mezclando churras con merinas en los asuntos de la “ciberguerra”.

¿Dónde está la responsabilidad de los medios de “comunicación”? ¿Es esto a lo máximo que podemos aspirar? ¿30 años después, no hemos aprendido nada?

Todo cambia. Nada cambia.