Hay muchos tipos de amor: de pareja, romántico, platónico, paterno/materno-filial, comunitario, espiritual…, pero parece ser que las formas de expresarlo son menos (aunque no por ello limitadas ni poco variadas).

Mila, una amiga psicóloga, me explicó el otro día que hay cinco formas expresar AMOR:

  • De forma física: arrumacos, caricias, miradas, besos, cópula, masajes, abrazos… ¡qué os voy a contar! Pero, sobretodo los hombres, recordad que “sexo” no es necesariamente igual ni reducido a “genital”.
  • De forma verbal: el poder de la palabra y sus mil formas (notas, poemas, declaraciones, susurros…).
  • Dedicando tiempo de calidad: y lo que ello conlleva, como atención, empatía, ausencia de distracción…
  • A través de regalos: no tienen ni porqué ser caros ni lujosos ni grandes. Cualquier detalle sirve, sobretodo los personales, los pensados, los difíciles de buscar o conseguir, los muy deseados, los que transmiten “esto demuestra que he pensado en ti”.
  • Mediante “servicios”: ponte a sus pies, dedícate a la otra persona, que note que cuenta contigo, que sepa que vas a estar ahí, que sienta que le puedes complementar y acompañar.

Lo idóneo, lo pleno y completo, es poder expresar nuestro amor de todas las formas.

No obstante, a veces, por el motivo que sea (distancia, bloqueo, convalecencia, trauma, interferencia, conflicto, etc), no se puede. Y esto suele causar frustración.

Pero si tenemos en cuenta que mediante cada una de esas maneras, se expresa amor, aunque no sea el modo más completo, estaremos consiguiendo esa conexión tan mágica. Eso sí, que la otra persona lo perciba (y esté en condiciones de percibirlo) como tal, es otra historia…