El miedo no desaparece
Para todos aquellos que creíamos en superar los miedos, tengo malas noticias:
Una simulación informática (fuente en castellano, y artículo original en inglés, gracias Ana) explica que dos tipos de neuronas son las encargadas del procesamiento del miedo en la amígdala. Mientras unas son encargadas de la respuesta al miedo, las otras lo son de reprimir esa respuesta. Cuando la actividad de represión de las segundas desaparece, las primeras toman el control. Eso significa que en cuanto sufrimos una experiencia aterradora, generamos una respuesta, que siempre nos acompañará, y lo único que podemos hacer es reprimirla.
Freud tenía razón. Ahora sabemos que la represión no sólo existe, sino que es necesaria y tiene una base fisiológica: las neuronas de la represión. Podemos empezar a superar la explicación abstracta de los términos psicoanalíticos, ahora ya hemos identificado al organismo. Como siempre, la filosofía anticipándose a la física, en este caso la psicología anticipándose a la neurobiología.
Como le decía la Dra. Chase al Dr. Wilson en un capítulo de la serie House: “no importa lo lejos que te vayas para evitar el dolor, siempre habrá una bufanda, algo que te lo recuerde… porque el dolor va contigo”.