Un estudio en la UCLA en el 2008 ha indicado que las reacciones a la igualdad están “cableadas” en el cerebro y que, “La igualdad está activando la misma parte del cerebro que responde a la comida en las ratas… Esto es congruente con la noción de que el ser tratados de manera igualitaria satisface una necesidad básica”. Una investigación conducida durante el 2003 en Emory University, Georgia, que involucra a Monos Capuchinos demostró que otros animales cooperativos también poseen tal sentido y que “la aversión a la inequidad tal vez no sea únicamente humana” indicando que las ideas sobre igualdad y justicia puedan ser instintivas en naturaleza y en la sociedad.

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