Mis hombros y espalda todavía me duelen, pero eso era previsible: una hora de Kendo con Ilaria Montagnani (atleta patrocinada por Nike, y una de las principales entrenadoras de Nueva York según el Wall Street Journal o el New York Magazine), y no vuelves a preguntarte cómo ha conseguido todos esos músculos en su cuerpo.

Por alguna extraña razón, el Kendo me resulta natural. Y digo extraño porque normalmente me falta la coordinación y flexibilidad requerida en casi cualquier disciplina deportiva. Pero incluso sosteniendo el boken me siento bien (a diferencia de la raqueta o el bate, que me causan bambollas en cuestión de minutos).

Sé que en una vida anterior (si creyese en esas cosas) era un pequeño samurai paseando por las colinas de Japón 🙂

Una cosa es segura: cuando me traslade a Japón, aprenderé Iaido (y volveré a practicar Aikido). Algún día.