El sábado por la mañana, mientras caminaba hacia el gimnasio en Park Avenue, vi una oleada de jóvenes (aunque comportándose como adolescentes o frat boys) vestidos de verde (algunos con una camiseta o suéter, otros con un disfraz completo de leprechaun) en una procesión hacia su borrachería irlandesa favorita para “celebrar” el Día de San Patricio del único modo que les parece apropiado, a parte de la procesión oficial de la 5ª Avenida: beber hasta que te desmayas.

Esta sobresimplificación se está saliendo de madre.

Explicado de un modo simplista pero eficiente en Zeitgeist the movie (ver aquí), eventos agrícola-astronómicos fueron usurpados por fiestas religiosas (básicamente Cristianas, ahora veremos por qué), que por su parte han sido usurpadas por días de consumo compulsivo, y para hacerlo, se emplean símbolos e iconos.

Navidad cree mucha gente que celebra el nacimiento (si es que nació) de Jesús. Pero Jesús (si es que nació) hubiera nacido en primavera, no invierno. Los cristianos decidieron coger una fiesta pagana agrícola, y convertirla en “su” fiesta. La versión moderna de esto incluye absurdos tales como un árbol de navidad de origen alemán, Santa Claus, etc. Todo esto simbolizado por los colores verde (el árbol), rojo y sobretodo blanco (nieve). Lo mismo se puede explicar del día de S. Valentín (apropiación del color rojo y el símbolo del corazón gracias a la industria de las tarjetas de felicitación), la celebración de la fertilidad de Astarte y el equinocio de primavera convertido en Pascua (multicoloreado y chocolateado por la industria de la alimentación), o la fiesta pagana de la recolección y Todos los Santos convertido en Halloween (una absurda mezcla de naranja, calabazas y horror).

¿Cómo y por qué ha ocurrido? Como explica Kira:

Cuando la Cristiandad buscó acabar con el Paganismo porque amenazaba su soberanía, usurparon muchas de sus costumbres para que los Paganos se sintiesen más cómodos convirtiéndose. El asunto no era espiritualidad, era poder. Querían tantos conversos como fuese posible. Constantino vio el beneficio de convertir el Cristianismo en religión nacional porque se dio cuenta de cómo sus números crecían. Si no se convertía y no hacía el Cristianismo aceptable para su pueblo, habría revueltas, lo que significaría más soldados y coste económico, por no hablar de pérdida de vidas, lo que significaba una reducción de la recaudación de impuestos y tributos. 

Constantino siguió la línea de muchos conquistadores y reyes antes de él: Griegos, Macedonios, etc. Vio la importancia de las festividades y festivales para el Paganismo, y sabía que eso “engancharía” nuevos creyentes a su nueva religión nacional. Hoy en día los Cristianos celebran fiestas Paganas, aunque deciden darle una importancia religiosa. Estas fiestas son tan antiguas, que nadie quiere cambiar nada, y hacerlo se consideraría inapropiado, aunque también fuese correcto.

Pero cuando lo llevamos al siguiente nivel (consumismo), llegamos a un absurdo de causa-resultado, o incluso peor: sobresimplificación.

Así que el Equinocio de Primavera se convierte en Astarte, que se convierte en Pascua, que se convierte en huevos de chocolate de colores.

Mientras al final del día veo cómo jóvenes hombres y (sobretodo, dada su menor capacidad de aguante al consumo de alcohol, por lo general) mujeres en la acera, borrachos, entre vómitos, o pero, en la cama con un extraño, me pregunto cuán fácil es ser manipulado por los intereses de miras cortas de poder y dinero (que generalmente van de la mano), por la simple fórmula: evento de significación natural, convertido en fiesta religiosa, convertido en fiesta consumista, convertido en comportamiento grupal supuesto (aunque sea irracionalmente dañino).

Digo:

si quieres siembrace ancient wisdom if you wish, but fuck ignorant tradition.