Pasamos estas navidades en España (Valencia y Málaga) con familia y amigos.

Cuando conduces junto al mar Mediterráneo para ir a la oficina, y ves un amanecer impresionante mientras llenas el depósito en la gasolinera, el trabajo no parece una lata.

Como de costumbre, lo más destacado fue la comida. En concreto, en Valencia el siempre excelente restaurante Samsha (probablemente mi favorito en el mundo, con el chef Victor Rodrigo, ganador del Chef del Año en España), las sorprendentemente buenas tapas de Picoteo de Vicio (gracias por la recomendación, Eugenia ), y el palaciego La Embajada. Sin olvidarnos del Lotelito, donde celebramos la comida de Navidad de la empresa, y MoodFood, pequeño pero excelente. Incluso las tapas sencillas y bocadillo en Casa Mundo estaba bueno. Y, por supuesto, lo mejor, comer con la familia en casa.

También comimos muy bien en la siempre bella Málaga. Tomamos el tren de alta velocidad (eso que los americanos ya quisieran tener), y llegamos en 4 horas. Disfrutamos de comida super tradicional en El Pimpi, y fuimos a Marbella (por negocios). Por supuesto, una noche no es suficiente, pero es todo lo que teníamos y le sacamos todo el partido que pudimos.