Mi visita a Palermo fue breve, porque no había demasiado para los peques y además prefiero el norte de Italia al sur, tanto por clima, como por carácter, comida, cultura… así que bajamos del barco, fuimos acosados por una nube de mercaderes y “guías” locales como si estuviésemos en el norte de África, dimos un paseo – suerte que el puerto está al lado del centro – y nos volvimos al barco.