Después de un rápido viaje a Baltimore, tuve que volar a Dubai para una serie de reuniones de negocios y para asistir a una feria comercial.

Mientras que un vuelo de 12 horas y más de 11.000 kilómetros nunca es divertido, el galardonado el sistema de entretenimiento a bordo del nuevo Jet A380-800 de Emirates es una alegría. No por la interfaz, un poco anticuada, sino por la gran pantalla y la selección aparentemente interminable de películas, series y música. Por otra parte, todo lo que necesito aguantar cualquier vuelo largo es un enchufe, que este avión tenía, así ¡perfecto!. Pero habría ayudado que la niña que el hombre sentado a mi lado llevaba en brazos no hubiese gritado, a todo pulmón “¡papiiiiiiii!” exactamente 86 veces antes siquiera de despegar. Sí, los conté. Era uno de los mecanismos que tenía para lidiar con la molestia. Tal vez el único legal. No me malinterpreten, yo soy padre. He tenido bebés llorando en mis brazos muchas veces. Pero nuestro cerebro está cableado para reaccionar ante ese tono agudo, y se necesita mucha concentración, incluso meditación, para omitirlo por completo.

Así que, con el tiempo logré concentrarme, a pesar de que todo el gigantesco avión era una enorme guardería (rara vez se encuentran niños cuando vuelas a Europa, pero cuando vuelas a algunas partes de Oriente Medio o Asia … eso es otra historia), con una mezcla de meditación, buena música, y escribir frenéticamente en mi portátil.

Era mi intención leer algo de filosofía postmoderna y teoría del arte durante el vuelo, y quizá también ponerme al día de películas recientes que no llegué a ver en la pantalla grande. Pero siempre termino escribiendo en mi portátil durante los vuelos, ya que es un momento casi sin interrupción.

Nota mental: para un asiento cómodo y para evitar ser molestado cada 5 minutos por pasajeros que quieren ir al baño (y para no molestar a los demás), en un vuelo largo con una configuración 3 + 4 + 3, y si no hay más remedio que volar en turista,  tiene mucho más sentido estadístico escoger el pasillo en la sección de 4.

Tras el vuelo me recogió un chófer de Uber en un Lexus 350 enviado por mis cliente, y me llevó al hotel Sofitel The Palm hotel. Un espléndido hotel con todos los servicios y comodidades que se pueda imaginar en un hotel de lujo. Muy notable fue la vista de Dubai desde mi habitación.

Al día siguiente me desperté temprano y fui a la playa privada a dar un paseo, y luego a las 8:30 am, cuando la piscina abrió, nadé unos largos en la hermosa piscina climatizada al aire libre. No me sorprendente que no hubiese nadie allí tan pronto, menos los socorristas, jardineros y camareros.

Dubai es un ejemplo aterrador de hacia dónde se dirige nuestra sociedad de “escasez artificial”. “Creación de valor” restringiendo el acceso. Exclusividad. Todo compartimentalizado. Los “ricos” separados de los “pobres”. Una nueva forma de apartheid: económica. El 1% (o más bien el 0,001%) con un pase libre, el resto condenados a trabajar duro o infringir la ley para tener una oportunidad de algún día alcanzar el “club exclusivo”. Pero es todo una mentira, espejos y humo, fabricando una falsa necesidad para impulsar la demanda y los precios. La manipulación de los consumidores haciéndoles creer que su vida no es lo suficientemente buena y que deberían querer más (y por supuesto, “el producto X” les hará llegar hasta allí, o acercarlos por lo menos). Es repugnante. Y vamos en esa dirección a toda velocidad y de forma globalizada.

Así que, después de mi dosis diaria de saludable crítica social e impulso revolucionario, me fui directamente al muy extenso y delicioso desayuno buffet. Organizado de la manera que más me gusta, en diferentes secciones: India, Inglés, Dim Sum, etc.

Después del desayuno, ducha, y “trajeado”, tuve una “aventura de taxi"surrealista. Aunque la dirección estaba clara, incluyendo un punto de referencia conocido, el taxista me llevó por toda la ciudad durante una hora, cuando debería haber llegado en 15 minutos. Estoy seguro de que no me quería estafar, porque la tercera vez que se detuvo para preguntar por el camino a desconocidos, detuvo el taxímetro. Pero mi cliente estaba mosqueadísimo, ya que el conductor no quería coger el teléfono móvil para hablar con él y que le diesen indicaciones. Finalmente, a través de mensajes de texto, recibí una clara descripción del edificio y sus alrededores, y fui capaz de señalar al conductor el lugar correcto. Así, aprendí la lección: cuando el conductor es de origen indio, asegúrate completamente de que sabe a dónde va, porque con tal de no contrariarte, va a mentir y decir que sabe a dónde va, mientras mueve la cabeza de lado a lado, cuando en realidad no es así. Es una cuestión cultural, pero sin duda es una putada.

Mis reuniones de negocios y feria fueron ido bien, pero como este es un blog personal, me ahorraré los detalles.

Por la noche, mi cliente fue muy amable al invitarme a su casa a cenar con su familia y socios. Era una casa muy bonita, con un cuidado jardín orgánico, y una verdaderamente agradable, cariñosa y divertida familia. La cena fue deliciosa, y con lo que normalmente odio mezclar los negocios y lo personal, toda la noche resultó ser genial.

De camino de regreso a mi hotel vi a un gran grupo de conejitos desorientados en el lado de la carretera. Le pregunté a la gente del lugar y nadie lo podía creer. La explicación más plausible que alguien imaginó fue “tal vez alguien dio una fiesta de cumpleaños para su hija pequeña, los conejos fueron parte de la fiesta, y después simplemente los dejaron sueltos”. Triste pero podría ser verdad.

Al día siguiente tuve más reuniones, una de ellas con un ex oficial de inteligencia, ahora ejecutivo de una empresa de TI propiedad del gobierno. Como anécdota, me explicó los distintos cuellos en la túnica masculina tradicional (kandura): elevado en Abu Dhabi, bajo de corte recto en Dubai.

Después de un día lleno de reuniones en el Centro de Convenciones y en Internet City, cenamos enCle, un increíble restaurante con el chef galardonado con estrella Michelin Greg Malouf, quien vino a charlar a nuestra mesa.

Mi vuelo de regreso, aunque se retrasó, cambió, y cambió de nuevo, terminó siendo muy bueno, con una sección central toda para mí. Ahora estoy de vuelta en Nueva York, durante unos días. Hace frío, pero el “snowmageddon” o “blizzard2015” que estaban esperando al final no va a estar a la altura de lo esperado, a diferencia de lo que ha caído en Nueva Inglaterra.